Violencia de Género durante el estado de alarma
Es inevitable echar la vista atrás y recordar cómo era nuestra vida antes de que el Covid-19 irrumpiera de lleno en todo el mundo. Justo el pasado domingo 14 de marzo se cumplía un año desde que el Gobierno decretara el estado de alarma, y comenzara así una larga etapa de confinamientos domiciliarios y medidas restrictivas para contener la propagación del virus.
La llegada de la pandemia ha puesto en relieve los problemas que ya arrastrábamos desde antes, y en el caso de la violencia de género no ha sido para menos.
Las denuncias presentadas a lo largo del 2020 bajaron un 10% con respecto a 2019. Es decir, más de 17.000 mujeres no denunciaron violencia machista, en gran media por el confinamiento, sin que se pueda afirmar que la caída se deba a un descenso real de los casos de maltrato, sino a las dificultades añadidas que las víctimas han tenido para denunciar.
Por recordar cifras, entre los meses de marzo y junio del año pasado, hasta ocho mujeres fueron asesinadas a manos de sus hijos en España, y cinco de estos casos se produjeron durante el estado de alarma. Lamentablemente, lo que vino después del confinamiento no fue mejor y hasta un total de 59 mujeres fueron asesinadas en 2020 por violencia de género.
Pese a todas las limitaciones sobrevenidas con el estado de alarma, desde la Comisión pusimos todo nuestro esfuerzo en adaptarnos a la nueva situación, y continuamos con nuestra labor para no dejar desamparadas a las mujeres que se encontraban en situación de maltrato.
El confinamiento extremó la vulnerabilidad de todas las mujeres, al verse obligadas a convivir en el mismo espacio con sus maltratadores. Al inicio de la pandemia se multiplicó el nivel de llamadas al 900 100 009, no solo de mujeres en situación de violencia, sino también de profesionales para solicitar información sobre los servicios que continuaban abiertos, y qué recursos ofrecían las administraciones públicas.
Una vez que la población fue conociendo los recursos que tenía a su disposición, el tráfico de llamadas se normalizó y volvió a los niveles de periodos anteriores a la pandemia.
En cuanto al contenido de las intervenciones telefónicas durante la pandemia, pasaron de ser mayoritariamente informativas o de seguimiento, a estar protagonizadas por servicios de contención. Es decir, enfocamos la asistencia telemática a mujeres en ofrecerles pautas para protegerse ante situaciones de violencia imprevista en el seno del hogar, y evitar así escenarios de tensión en el domicilio o situaciones que pusieran en riesgo su integridad. El objetivo, en definitiva, era contener la situación en la medida de lo posible ante la dificultad de operar presencialmente en pleno estado de alarma.
La ejecución en el estado de alarma de nuestro programa Fortaleza y Alternativa
Durante este periodo, aunque en todas nuestras sedes (Madrid, Andalucía, Navarra y País Vasco) se paralizó la atención presencial, continuamos la atención individual por parte de nuestro equipo de psicólogas, abogadas y trabajadoras sociales del Programa Fortaleza, para seguir ofreciendo atención social, psicológica y jurídica por Skype y por teléfono, a mujeres y menores víctimas de violencia de género.
En cuanto al programa de detección de víctimas de trata con fines de explotación sexual (Programa Alternativa), todas las intervenciones presenciales en escenarios de prostitución quedaron suspendidas, pero se habilitó un servicio de atención psicológica y jurídica vía telefónica. Así como de traducción e interpretación en las interacciones con sanitarios y la administración.
Nuestro equipo de profesionales se ha servido de las herramientas tecnológicas para no dejar desatendidas a las usuarias, precisamente cuando necesitaban una mayor seguridad y estabilidad, dado el encerramiento que la pandemia podía suponer de cara a la reiteración de la agresión en los domicilios.
A medida que se han ido suavizando las restricciones de movilidad, nos hemos ido adaptando a las nuevas necesidades y demandas, haciendo uso de las nuevas tecnologías. Recientemente hemos iniciado una serie de directos en Instagram para resolver dudas y ofrecer asesoramiento psicológico, jurídico o socio-laboral. En el próximo directo, resolveremos cuestiones jurídicas y dudas generales sobre las pautas a seguir para presentar una denuncia de violencia de género.
Otra de las líneas de actuación en materia de prevención es nuestro programa “Conectadas” , un proyecto orientado a prevenir situaciones de riesgo, y destinado a que las chicas y mujeres jóvenes puedan identificar la violencia que están sufriendo y conozcan los recursos que tienen a su disposición. Este servicio se realiza de forma tanto presencial como vía WhatsApp en el número 669 473 301.
La pandemia ha puesto de manifiesto la escasez de recursos estructurales
En este sentido, aunque es cierto que las administraciones públicas y los Gobiernos han hecho esfuerzos, como planes de contingencia dirigidos a víctimas de violencia y a víctimas de mujeres en situación de prostitución, no debemos olvidar que la pandemia ha sido un detonante que ha puesto de manifiesto la escasez de recursos estructurales destinados a estas mujeres. Es necesario resaltar que si las ONG no hubiéramos colaborado en campañas de difusión de información o no hubiéramos prestado apoyo y atención a las mujeres, desde las administraciones públicas no hubieran tenido la capacidad suficiente para cubrir la demanda de casos que seguían produciéndose.