La CIMTM lanza una campaña contra la sumisión química: «No es diversión, es agresión»
La sumisión química se define como la administración de una sustancia con efectos psicoactivos a una persona sin su conocimiento, con el fin de modificar su estado de consciencia, su comportamiento o anular su voluntad.
Si bien es cierto que diferentes medios han puesto el foco sobre esta nueva forma de ejercer violencia sexual hacia las mujeres, existen pocos datos sobre la incidencia de la “sumisión química” en España. De las 3.001 agresiones sexuales identificadas por el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forense durante 2021, se practicaron 994 análisis por sospecha de sumisión química, con resultado positivo en el 72 %. En el 92,4 % de los casos, la víctima era mujer.
Teniendo en cuenta que esta terrible práctica es sufrida mayoritariamente por mujeres, resulta evidente concluir que se trata de una violencia sexual machista, basada en la cultura de la dominación, el poder y la anulación de la autonomía y libertad sexual de las mujeres, con la que se perpetúa la sensación de inseguridad de las mujeres en el espacio público por miedo a sufrir una agresión.
A menudo, ante estas situaciones en contextos de ocio se ha recomendado la auto prevención y conductas de evitación dirigidas a las mujeres (potenciales víctimas de estas agresiones). Sin embargo, estas recomendaciones focalizan las actuaciones en las mujeres y no en los agresores, llegando incluso a responsabilizar a las víctimas de la situación.
En este contexto, la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres ha lanzado una campaña de sensibilización contra la sumisión química poniendo el foco en los agresores, únicos responsables, y en el entorno del agresor, quien puede ser crucial para evitar este delito contra la libertad sexual de las mujeres, rechazando ser cómplice de la agresión.
Para ello ha contado con la ilustradora Almudena Vázquez de Miguel, quien también colaboró con la entidad en su exposición itinerante: “La adolescencia ante la violencia machista” y en la campaña de sensibilización «Educar en Igualdad puede salvar vidas».
Con este nuevo diseño, la ilustradora pretende transmitir la idea de que “muchos agresores no actuarían de la misma manera si su entorno condenara sus actos. Hablamos de ese entorno que justifica las acciones del agresor para protegerle, que incluso le acompaña y le ríe sus comportamientos, aunque no esté de acuerdo con los actos en sí o porque no es consciente de su gravedad».
Almudena ha querido destacar que «algunas personas de este entorno reaccionarían de otra manera si supieran las consecuencias que estos actos tienen sobre las víctimas. La ilustración pretende llegar a estas personas que se encuentran en ambos entornos a la vez, el de un agresor y el de una víctima, y que no son conscientes de que los comportamientos del agresor son exactamente esos que están haciendo tanto daño a una persona a la que quieren. Tratamos de hacerles ver que, si no reaccionan, están contribuyendo a crear un espacio donde el agresor puede actuar impunemente y sin encontrar un obstáculo en sus acciones”.
Con el propósito de concienciar a la sociedad y prevenir situaciones de violencia sexual hacia las mujeres, la CIMTM distribuirá carteles en los centros escolares donde imparte talleres para la prevención de la violencia machista, así como en centros de juventud, bibliotecas y zonas concurridas por población joven.
También animamos a la sociedad a difundir por redes sociales la ilustración con las siguientes frases: “No hacer nada te hace cómplice” o “Ante la sumisión química decide quién quieres ser…”
Si lo desean, pueden descargar el cartel para su uso e impresión, respetando los logos y autoría en el siguiente enlace: No es diversión, es agresión.
¿Qué hacer ante un caso de sumisión química?
Puedes sospechar de haber sufrido sumisión en caso de experimentar algunos de los siguientes síntomas, aunque dependerá de la sustancia inyectada, de la cantidad aplicada y de cómo reacciona cada persona. No obstante, los más frecuentes son mareos, confusión, visión borrosa, pérdida de la capacidad de habla, así como una profunda sensación de cansancio y adormecimiento de las extremidades.
En el caso de sentir un pinchazo en alguna de las extremidades o experimentar algunos de los síntomas mencionados, es recomendable avisar a una persona de confianza y notificarlo ante una autoridad del lugar en el que nos encontremos para que nos pueda ayudar.
Además, se ha acudir a los servicios sanitarios tan pronto sea posible para que realicen un análisis, antes de que la sustancia desaparezca del cuerpo, y que pueda presentarse como prueba.
Igualmente, se debe llamar a la Policía, ya sea la propia víctima, la persona que le acompañe o un testigo quien lo haga, para ponerlo en conocimiento de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que acudirán al lugar de los hechos (aunque la víctima no esté presente porque se encuentre en los servicios de salud) para averiguar las circunstancias de la agresión y ver si han quedado algunos indicios, como la jeringuilla o instrumento con que hicieron el pinchazo. Posteriormente, la víctima puede decidir presentar denuncia si así lo desea.
Teléfonos de Policía Nacional: 091
Asistencia en caso de emergencia – bomberos, policía y asistencia médica: 112