Denuncian menos, son más vulnerables y sufren todas las formas de maltrato: así es la violencia de género en las mujeres mayores
Con el objetivo de visibilizar la doble discriminación que sufren las mujeres mayores víctimas de violencia de género y aportar herramientas para su abordaje interdisciplinar desde servicios especializados o no en violencia de género, desde la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres (CIMTM) organizamos el pasado 13 de marzo, la jornada «Violencia de género en mujeres mayores: las grandes olvidadas».
El acto fue presentado y moderado por María José Carretero González (Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres) y contó con la intervención de las siguientes expertas en la materia: Natividad Hernández Claverie Gala (Psicóloga Clínica Experta en Violencia de Género), Vanessa Céspedes Larreinegabe (Cruz Roja. Referente del Servicio ATENPRO, Programa de Mujeres en Dificultad Social), Begoña Dorado del Águila (Cruz Roja. Referente del proyecto Buen Trato, Programa de Personas Mayores) y Susana Martínez Novo (Abogada especializada en derecho en familia y violencia de genero. Presidenta de la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres).
Las mujeres mayores son las más vulnerables, las que menos denuncian y las que viven los casos más urgentes. Por eso la forma de trabajar debe ser diferente con las mujeres jóvenes y con las mujeres mayores. Natividad Hernández comenzó su intervención hablando sobre los obstáculos en el abordaje de la violencia de género en mujeres mayores, siendo la dependencia económica uno de los más significativos.
La falta de recursos económicos dificulta la posibilidad de considerar el divorcio como una opción viable, aseguró Natividad. A ello se unen, la falta de formación y las creencias arraigadas en una sociedad machista, ya que incrementa la vulnerabilidad y la probabilidad de denunciar el maltrato.
A su vez, la invisibilización de la violencia y la normalización de esta dentro del matrimonio también son obstáculos importantes, «La violencia sexual era absolutamente admitida dentro del matrimonio» afirmó Natividad.
A menudo, estas mujeres no se reconocen a sí mismas como víctimas debido a la interiorización de los roles de género y la violencia.
Muchas veces les preguntamos qué harían si viesen que sus hijas pasan por la misma situación de violencia, y entonces rápidamente contestan que lo denuncien y lo cuenten. Es difícil romperles los esquemas que tienen interiorizados, además, esto no debe ser función de una psicoterapeuta, sino de toda la sociedad.» afirmó la psicóloga, en base a sus años de experiencia.
Por su parte, Vanessa Céspedes y Begoña Dorado hablaron de los resultados obtenidos en el estudio realizado por Cruz Roja, “Violencia de género en mujeres mayores” y de los recursos del servicio ATENPRO y el proyecto Buen trato a las personas mayores.
Una generación silenciada
“Muchas de estas mujeres están socializadas en una cultura patriarcal donde el valor principal es el matrimonio y ser madre. Es una generación silenciada. Ellas perciben la violencia de género como un fracaso personal y vital, en ningún momento hay una toma de conciencia de la violencia estructural que supone la violencia de género.” expresó Vanessa, antes de poner sobre la mesa algunos de los resultados del estudio mencionado, como que el 98% de las mujeres tienen nacionalidad española, el 55% ha sufrido violencia durante más de 30 años, o que, el 70% de las mujeres señala que sus hijos e hijas han presenciado alguna de las agresiones sufridas.
En cuanto a los obstáculos para salir de la relación, Vanessa destacó los siguientes hallazgos extraídos del estudio promovido y coordinado por la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género: el 35% manifestó el miedo a que las mataran, 32% evitar el sufrimiento de sus hijos e hijas, 32% no tenían dónde ir si se marchaban de casa, 13% no se admitían denuncias por este motivo y 7% su familia no las habría apoyado.
Por su parte, Begoña se centró en el Servicio telefónico de Atención y Protección para víctimas de violencia contra las mujeres (ATENPRO), un recurso de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género del Ministerio de Igualdad, el cual tiene encomendada la gestión a la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). La actual adjudicataria del Servicio es Cruz Roja. También habló del proyecto Buen trato a las personas mayores, cuyo objetivo es Contribuir en la mejora de la calidad de vida de las personas mayores en su proceso de envejecimiento, reduciendo las desigualdades de género identificadas.
Para finalizar el encuentro, Susana Martínez Novo, desarrolló su intervención señalando la falta de datos específicos en la legislación respecto a las mujeres mayores. Si bien es cierto que las estadísticas del Consejo General del Poder Judicial proporcionan información sobre procedimientos y órdenes de protección, no desglosan los datos por edad. Sin embargo, las estadísticas del Ministerio de Igualdad sí lo hacen, revelando que, en 2023, ocho mujeres mayores de 65 años fueron asesinadas a causa de la violencia de género. Por tanto, la falta de desagregación de datos dificulta la comprensión y atención específica hacia estas mujeres.
Por otro lado, y en relación a la valoración del riesgo, desde la CIMTM, se ha insistido en la importancia de una evaluación multidisciplinar del riesgo en los juzgados por parte de las unidades de valoración forense, que vaya más allá de la mera valoración numérica.
La violencia económica persiste tras la ruptura
En referencia a los procesos civiles de separación y divorcio, Susana señaló que, en función de los datos disponibles, a partir de los 50 años las mujeres encuentran muy difícil tomar la decisión de divorciarse, lo que indica una renuncia a replantearse la ruptura de la pareja en edades más avanzadas.
Además, Susana profundizó en uno de los principales obstáculos para estas mujeres a la hora de denunciar: la dependencia económica. La gran mayoría de las mujeres víctimas de violencia de género han sido relegadas al hogar mientras sus maridos asumían el papel de proveedores. La violencia económica, mediante el control de los recursos, dificulta la presentación de denuncias e incluso persiste después de la ruptura “A través del impago de las pensiones alimenticias de los hijos, de las pensiones compensatorias y de las cargas hipotecarias”.
Sin embargo, la edad avanzada puede motivar a algunas mujeres a denunciar, especialmente cuando ya no tienen nada que perder y la violencia se intensifica con la jubilación del agresor. Una vez que deciden denunciar, su percepción del riesgo de sufrir nuevas agresiones es significativa. Sin embargo, la duración de los procesos judiciales y la burocracia implicada pueden llevarlas a retractarse, sometiéndolas a una revictimización insoportable.
En este sentido, Susana puso en valor, el trabajo que se realiza con las mujeres desde la CIMTM, a través del Programa Fortaleza, a través del cual, la trabajadora social recopila toda esa información con las mujeres para aliviar la burocracia y que no se convierta en un freno a la hora de continuar con la denuncia.
En cuanto a las herramientas y novedades legislativas, la presidenta de la CIMTM, mencionó la reforma de la LOVG producida por la nueva Ley Orgánica 10/2022, de 6 de septiembre, de garantía integral de la libertad sexual, ya que permite indemnizar no solo el daño moral, sino también el daño social. Esto es especialmente relevante para mujeres que se vieron aisladas socialmente debido a su situación de violencia.
Para Susana, desde el ámbito judicial es crucial asegurar la información y el acompañamiento psicosocial para estas mujeres, así como reducir los tiempos de espera para las resoluciones judiciales. También recomendó solicitar la reparación del daño social en los procesos judiciales, reconociendo así el sufrimiento que las mujeres de esta generación enfrentan.
En definitiva, para avanzar en la lucha contra la violencia de género en mujeres mayores se deben incrementar los recursos materiales, facilitando su acceso a vivienda y ayudas económicas, así como proporcionándoles acompañamiento para acceder a recursos y realizar trámites burocráticos.
Desde la Comisión para la investigación de Malos Tratos a Mujeres consideramos esencial escuchar y no juzgar a las mujeres de esta generación, reconociendo su presencia y su importancia en nuestras vidas, pues son las que más violencia han sufrido, y es hora de asegurar que reciban la atención y el apoyo que merecen.
Como entidad especializada en la atención integral a mujeres en situación de violencia de género, a través del Programa Fortaleza y el teléfono de atención gratuito 900 100 009, consideramos fundamental la coordinación entre los diferentes servicios y administraciones implicadas en garantizar los derechos de las mujeres víctimas de la violencia de género, para asegurar su acceso a los servicios y el apoyo que necesitan para vivir vidas seguras y libres de violencia.