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Ucrania: cuerpos de las mujeres como campo de batalla

Como integrantes de la plataforma internacional Front Féministe, difundimos el siguiente comunicado en apoyo a las mujeres ucranianas.

Ucrania: La guerra permite la expresión más desinhibida de la violencia masculina

La guerra permite la expresión más desinhibida de la violencia masculina. La opresión virilista y destructiva del patriarcado no tiene freno. Las mujeres y los niños, que en los llamados «tiempos de paz» son sometidos a la violencia machista individual, son tratados globalmente como objetos, mercancías, residuos.

Desde hace años, las feministas que se oponen a las dictaduras, como la FEMEN ucraniana, han dado la voz de alarma. Tenían razón…
Decidida por un Vladimir Putin obsesionado con la virilidad, la invasión de Ucrania del 24 de febrero de 2022 se lleva a cabo como una guerra de conquista. Al igual que en Chechenia y Siria, el ejército ruso masacró a los civiles. Está bombardeando ciudades y bombardeando lugares donde viven mujeres y niños vulnerables, salas de maternidad y hospitales.

Millones de personas han huido de las zonas bombardeadas de Ucrania: el 90% son mujeres y niños. La mitad de los que han abandonado el país son menores de 18 años.

Violencia armada, violencia sexual.
Como en todas las guerras
El cuerpo de las mujeres es un campo de batalla.

1. La violación como arma de guerra

La violación sistemática de mujeres y niños siempre ha sido inseparable de la guerra. Desde los años 90, con los conflictos en la antigua Yugoslavia, el genocidio de tutsis por hutus en Ruanda y las atrocidades cometidas en Kivu, han sido considerados por la justicia internacional como crímenes de guerra o de lesa humanidad. En Ucrania, como en el Donbass desde 2014, la crueldad deliberada de los soldados rusos o chechenos que cometen abusos sexuales forma parte de una estrategia para aterrorizar a la población, para traumatizarla permanentemente, inscribiendo en su carne la violación de la nación: es una guerra dentro de la guerra, alimentada por el odio a las mujeres, asimilando en la misma agresión el cuerpo del otro y su tierra.

2. Alquiler de vientres y tráfico de niños

Los reportajes muestran a parejas afligidas que acuden a Ucrania para recoger su pedido: un niño que aún no ha salido del vientre alquilado; las personas que infringen la ley de su país se presentan como víctimas, explotando la angustia económica de las mujeres obligadas a alquilar sus vientres.

La situación de las mujeres ucranianas embarazadas por cuenta ajena se ha vuelto inextricable: la agencia que negoció su conexión con la pareja compradora extranjera les prohíbe salir del país, ya que ello supondría una violación de su contrato; si los patrocinadores financian su viaje, estas mujeres darán a luz en un país cuya ley prohíbe el alquiler de vientres.

3. Tráfico de carne fresca

En las estaciones de tren y los pasos fronterizos, los proxenetas, pertenecientes a redes mafiosas o que actúan por cuenta propia, abusan de la angustia y el agotamiento de los refugiados que huyen de la guerra. Junto con los voluntarios que ofrecen ayuda y solidaridad, ofrecen transporte, alojamiento y empleo a jóvenes indigentes víctimas de chantaje, secuestro, trabajos forzados, violencia sexual, tráfico de seres humanos para la prostitución o la pornografía.

Estos delincuentes siguen la demanda: en los sitios de citas y pornográficos se han multiplicado las búsquedas de «mujer ucraniana».

4. Acogida en los países vecinos

Millones de mujeres y niños han abandonado sus hogares precipitadamente y su supervivencia se ve obstaculizada por el trauma. Los voluntarios proporcionan apoyo material y psicológico.

Otras mujeres, tomadas como rehenes por la guerra, no pueden abandonar el país: sobreviven en sótanos, se han quedado en las granjas, cuidan de los ancianos, los enfermos y los niños.

Las mujeres ucranianas embarazadas como consecuencia de una violación no pueden abortar en Polonia, donde la ley lo prohíbe; incluso si se les permitiera, falta personal competente.

Las feministas llevan mucho tiempo reclamando que se consagre en la legislación europea el derecho al aborto para todas las mujeres; son ellas, y sólo ellas, las que deben decidir si quieren continuar con un embarazo.

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Solidaridad feminista internacional

Nosotras, feministas universalistas, afirmamos nuestra solidaridad con el pueblo ucraniano, víctima de la agresión rusa, y denunciamos la violencia específica contra las mujeres y los niños.

Saludamos la valentía de la resistencia ucraniana y también de los rusos que se oponen a la dictadura de Vladimir Putin y a su guerra contra Ucrania.

Pedimos que se utilicen todos los medios diplomáticos para detener esta guerra y estas atrocidades.

Pedimos a la justicia internacional que castigue los crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos en Ucrania.

¿A qué se enfrentan las mujeres ucranianas?

El 24 de febrero de 2022, recibimos la terrible noticia de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Tras ocho años de conflicto en las regiones de Donetsk y Luhansk, ya en 2018 Amnistía Internacional denunciaba un gravísimo incremento de la violencia sexual contra las mujeres a manos de militares, y en 2019 un estudio del Fondo de Población de las Naciones Unidas alertaba que el riesgo de sufrir violencia de género para las mujeres desplazadas era tres veces mayor que para las no desplazadas.

Con todo ello, las evaluaciones de las principales organizaciones humanitarias indican que 12,6 millones de personas en Ucrania han sido directamente afectadas por la ofensiva militar de Rusia y según ACNUR, más de 368.000 personas, en su mayoría mujeres y niñas, se han visto obligadas a huir de Ucrania.

¿A qué se enfrentan las mujeres ucranianas?

En los últimos tiempos, Ucrania se ha convertido en un destino popular para la prostitución y el tráfico sexual . Hablamos de un país de origen, tránsito y destino de mujeres y niñas y niños víctimas de trata transnacional con fines de explotación sexual.

La independencia de Ucrania de la URSS vio a la nación intentar pasar de una economía planificada a una economía de mercado. Este proceso de transición provocó dificultades económicas en la nación, con casi el 80% de la población forzada a la pobreza en la década que siguió a su independencia.

La situación de las mujeres en Ucrania antes de la guerra ya era de extrema pobreza, sobre todo desde la irrupción de la Covid-19. Este contexto ha aumentado la brecha salarial de las mujeres ucranianas, que trabajan de media 6 horas más y cobran un 30% menos que los hombres.

La precariedad tiene un impacto definitivo sobre la vida de las mujeres, pues provoca que ellas sean más vulnerables y estén expuestas a redes criminales que las someten a una terrible explotación sexual y reproductiva.

Ucrania tiene el mayor número de víctimas de trata con fines de explotación sexual que cualquier otra nación de Europa del Este después de la disolución de la Unión Soviética. En 1998, el Ministerio del Interior de Ucrania estimó que 400.000 mujeres ucranianas fueron víctimas de explotación sexual durante la década anterior.

En este sentido, denunciamos que las mujeres en contextos de conflictos armados sufren un incremento exponencial de la violencia de género y la violencia sexual:

Las mujeres son utilizadas como arma de guerra para borrar y destruir al adversario. Mas allá de humillar destruir y castigar, estas violaciones buscan perpetuar el control social, redibujar las fronteras étnicas y destruir a la comunidad del adversario.

Un fenómeno menos conocido en España es el de las “esposas por catálogo” (matrimonios forzados), muy popular en Canadá, Alemania o EEUU: se trata de agencias donde las mujeres de países del este se ofrecen para casarse con hombres occidentales y que esconden tramas de trata, tráfico y explotación sexual.

No debemos olvidar que estas violencias no acaban en el camino, sino que continúan y se reproducen en los campos de refugiadas. Recordemos que la ONU ha registrado desde hace casi dos décadas más de 1700 acusaciones de víctimas de agresión sexual (aunque se estima que son muchísimas más) a manos del personal civil y militar de las Fuerzas de Paz de Naciones Unidas.

Esta guerra pone de manifiesto lo que hay detrás de la explotación reproductiva de las mujeres. El comité de Bioética en España se pronunció sobre esta realidad, dejando de manifiesto que “El deseo de una persona de tener un hijo, por muy noble que sea, no puede realizarse a costa de los derechos de otras personas, todo contrato de gestación por sustitución entraña una explotación de la mujer y un daño a los intereses superiores del menor, concluimos que ser padre o madre no es un derecho sino un deseo”.

Con todo ello, condenamos la invasión de Ucrania por parte de Rusia, mostramos nuestra solidaridad con las víctimas de este terrible conflicto y hacemos un llamamiento internacional para que los gobiernos no permanezcan indiferentes y tomen las medidas pertinentes:

Promover la cooperación internacional para eliminar la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica.

Prevenir, investigar, castigar y conceder una indemnización por los actos de violencia cometidos contra las mujeres y niñas.

Insistir a los medios de comunicación en que narren esta realidad y no traten de blanquear la explotación reproductiva de las mujeres ucranianas. A menudo se transmite un discurso liberal que justifica la explotación de las mujeres que están abandonadas a su suerte.

Reiterar la necesidad de legislar contra la gestación subrogada y abolir, por tanto, los “vientres de alquiler” en Ucrania. La CIMTM ya reclamó, junto con 200 organizaciones, la prohibición de los vientres de alquiler en Ucrania.

– Además, como miembros activos de la Plataforma CEB suscribimos el posicionamiento contra la invasión de Ucrania por parte de Rusia y nos adherimos a las medidas de urgencia que se deben tomar al respecto para salvaguardar los derechos de las mujeres y menores en Ucrania.

Posicionamiento de la plataforma Cedaw-Estambul-Beijing Sombra España contra la invasión de Ucrania por parte de Rusia

Las organizaciones miembras de la Plataforma Cedaw-Estambul- Beijing Sombra España queremos manifestar que, como ciudadanas y feministas europeas, condenamos esta guerra.

Es irreconciliable con los valores y objetivos del movimiento feminista que defiende sociedades justas con igualdad de oportunidades para todas las personas, diálogo socio-político y la resolución pacífica de los conflictos. Consecuentemente, rechazamos la violencia, la militarización y el fomento de valores como el dominio y el uso de la fuerza.

Las guerras implican mayor violencia, pobreza, inseguridad, vidas rotas para varias generaciones forzadas a abandonar sus hogares y redes familiares, quedando en una situación de vulnerabilidad a la precariedad, la desigualdad, la explotación y la violencia sexual, entre otros, que afecta de manera desproporcionada a mujeres, menores, Tercera Edad, minorías diversas, y personas con discapacidad.

Es por ello que las feministas de la PCEB manifestamos:

Nuestro completo rechazo a la guerra impulsada por Putin sobre Ucrania y el pueblo ucraniano;

Nuestra solidaridad con la sociedad civil rusa que se manifiesta de forma pacífica en contra de la guerra y en contra de las ambiciones imperialistas y totalitarias de Putin. Destacamos el papel clave de las mujeres rusas en la Resistencia feminista contra la guerra y respaldamos su Manifiesto.

Nuestro apoyo a los millones de víctimas de otros conflictos “olvidados”: Malí, Congo, Etiopía, Níger, Sahara, Yemen, Siria, Libia, Palestina, Afganistán, y un largo etc.

Consideramos que urge:

  • Habilitar, por parte de la comunidad internacional, todos los mecanismos necesarios para el cese inmediato de la invasión y la recuperación de la libertad e independencia del pueblo ucraniano, así como la dotación, a través de la cooperación internacional, de todos los medios necesarios para restablecer la paz en todos los rincones del mundo.
  • Promover e Implementar en su totalidad los marcos normativos de protección como CEDAW, el Convenio de Estambul y la Resolución 1325 sobre “Mujeres, Paz y Seguridad” tanto en países en conflicto como en territorio UE y nacional;
  • Poner en marcha sin más dilaciones la Plataforma de Acción de Beijing aprobada en 1995 y aún pendiente que insta a los estados a:
  • Proteger a las mujeres y menores que huyen de Ucrania. Algunas organizaciones denuncian la presencia de redes de trata de explotación y tráfico de personas actuando a sus anchas sin ningún control. Los estados europeos y la UE deben poner más recursos y personal en las fronteras con Ucrania y detener y encausar a los tratantes y traficantes;
  • Promover la Cultura de Paz y valores de Diálogo, Tolerancia, Respeto e Igualdad en las escuelas y medios de comunicación, reflejado en los presupuestos nacionales;
  • Incrementar la participación de las mujeres en los espacios de decisión sobre la resolución de los conflictos y misiones diplomáticas;
  • Reducir los gastos militares y el comercio armamentístico, destinando esos fondos a políticas sociales y a promover la Igualdad, la Justicia y la Paz en línea con los marcos de derechos humanos y el ODS16.

Y para que conste, y a los efectos oportunos, firmamos la presente.

 

Madrid, 6 de marzo de 2022

Bebés y sus cuidadoras en un hotel de Ucrania

200 organizaciones reclamamos la prohibición de los vientres de alquiler en Ucrania

La Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres ha solicitado, junto a más de 200 organizaciones por la defensa de los derechos de las mujeres, la prohibición de los vientres de alquiler en Ucrania.

La alegalidad del país europeo en materia de vientres de alquiler lo ha convertido en uno de los principales destinos para obtener un bebé a través de esta práctica. En Ucrania no está regulado, pero tampoco prohibido por la ley.

La pandemia de COVID-19 nos ha dejado unas duras imágenes que ilustran la problemática que supone la explotación reproductiva de las mujeres para comerciar con bebés. La recepción de un hotel en Kiev se convirtió en una especie de «supermercado» de bebés, con decenas de niños y niñas separados de sus madres, a cargo de un grupo de mujeres cuidadoras con precarias condiciones de trabajo.

Bebés y sus cuidadoras en un hotel de Ucrania

Fuente: Plataforma CIAMS

El confinamiento y el cierre de fronteras impiden a los compradores desplazarse a Ucrania para recoger a los bebés, con lo que los menores permanecen confinados, bajo la responsabilidad de una empresa que no cuenta con autorización legal de tutela, guarda y custodia de menores. 

De hecho, como denuncia la plataforma CIAMS, la empresa a la que corresponden esas fotografías continúa sus actividades en Ucrania a pesar del escándalo en el que estuvo involucrada en 2018 por trata de seres humanos, falsificación documental y evasión fiscal.

Las consecuencias económicas derivadas de la crisis que estamos viviendo llevará a muchas mujeres a una situación de vulnerabilidad que será aprovechada por estas empresas para su explotación.

«Las organizaciones que suscribimos esta petición, exigimos un cierre inmediato del turismo reproductivo y una prohibición de todas las formas de comercio de niños y mujeres», expresa la carta enviada al presidente de Ucrania, en la que recordamos el pronunciamiento de varios organismos internacionales, que han calificado esta práctica como una «socavación de la dignidad humana de la mujer» (Parlamento UE) y como la «venta de niños» (Relator ONU).