Lamentamos la decisión de Bélgica de regular la prostitución
Desde la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres, lamentamos la entrada en vigor de la regulación de la prostitución en Bélgica. El ejercicio de la prostitución no es un trabajo y por tanto no admite una regulación como tal: no es lo mismo vender la fuerza del trabajo que mercantilizar el propio cuerpo.
Esta medida supone dar cobertura legal a la explotación sexual y un retroceso en la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres. Está demostrado que en aquellos países donde se ha legalizado la prostitución ha incrementado la demanda, la vulnerabilidad de las mujeres en situación de prostitución y la expansión de redes de trata con fines de explotación sexual.
La prostitución no puede entenderse como una opción libre en un contexto donde las mujeres son empujadas por la pobreza, la desigualdad de oportunidades y la discriminación. Según el último informe de Europol, las víctimas de la trata de seres humanos con fines de explotación sexual en la UE proceden en gran medida del sudeste asiático y de América Latina.
Por todo ello, desde esta Comisión reiteramos nuestro compromiso con el modelo abolicionista, que trabaja para eliminar las causas que generan la prostitución, reducir la demanda y garantizar alternativas reales para quienes desean salir de esta situación. De nuevo hacemos un llamamiento a los gobiernos para que sigan el ejemplo de Francia, Suecia y aquellos países que priorizan la igualdad y la protección de los derechos humanos de las mujeres frente a los intereses económicos o políticos que legitiman su explotación.