Denunciamos la falta de compromiso con la igualdad y paridad en la Comisión Europea
Esta semana, la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dio a conocer la nueva composición de la Comisión Europea. Este hecho ha sido recibido con gran preocupación y decepción por parte del movimiento feminista. Los cambios en el organigrama suponen un retroceso al ignorar principios clave como la igualdad y la representación justa.
Uno de los aspectos más preocupantes es la total ausencia de una Comisaría dedicada exclusivamente a la Igualdad, a pesar de las promesas incluidas en las directrices políticas de Ursula Von der Leyen. En su lugar, esta tarea fundamental ha sido relegada a una responsabilidad secundaria dentro de la cartera asignada a la candidata belga, Hadja Lahbib, quien además gestionará áreas como la crisis y la preparación. Es inadmisible que un tema tan crucial se trate como algo accesorio, especialmente cuando los derechos de las mujeres y la igualdad están siendo amenazados en diversas partes de la Unión Europea. ¿Cómo podemos esperar un progreso real en igualdad si esta se considera solo una más entre las múltiples prioridades de un comisario ya sobrecargado? La Comisión Europea debe respaldar sus compromisos con los recursos necesarios y asegurar que la perspectiva de género se integre en todas las áreas de trabajo.
El desequilibrio de género en la nueva Comisión también es alarmante: 16 hombres y 11 mujeres
A pesar de toda la retórica sobre inclusión e igualdad, la nueva composición de la Comisión cuenta con 16 hombres y apenas 11 mujeres. En pleno 2024, este escenario resulta simplemente inaceptable. Las mujeres representan más de la mitad de la población europea, sin embargo, siguen estando subrepresentadas en el órgano decisorio más influyente de la UE. Este desajuste envía un mensaje claro: la Comisión Europea aún no está comprometida con la paridad de género, a pesar de que la diversidad y la representación son esenciales para construir una sociedad más justa e inclusiva.
Desde la CIMTM, respaldamos el comunicado del Lobby Europeo de Mujeres, plataforma de la cual formamos parte y que exponemos a continuación:
La igualdad no es un asunto secundario. El hecho de tratarla como tal refleja una desconexión preocupante entre las acciones de la Comisión y los valores que dice defender. No podemos permitirnos relegar la igualdad a un segundo plano cuando afecta directamente a millones de personas en todo el continente.
Ahora, el Parlamento Europeo debe asumir su responsabilidad. Es imperativo que garantice que la igualdad se priorice. El Parlamento debe corregir este desequilibrio y promover una Europa donde la igualdad y los derechos de las mujeres ocupen un lugar central, no relegado a una nota marginal.
Es momento de poner la igualdad en el centro del debate, no como un pensamiento tardío, sino como un valor fundamental que requiere liderazgo y compromiso en la Comisión Europea. Cualquier cosa menos que esto sería un fracaso en los ideales que Europa afirma defender.