Serás Hombre
Sara Vicente Collado. Representante de Ehuleak – Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres (Navarra)
La educación sexual diferenciada entre hombres y mujeres configura un modelo de sociedad basada en un desigual reparto de roles que convierte en objeto a las mujeres y que otorga a los hombres posiciones de privilegio para acceder al cuerpo de las mujeres cómo y cuándo quieran al margen sus deseos y sus decisiones.
Es en este sistema de roles diferenciados, en el que se ha instalado y se desarrolla la violencia hacia las mujeres, la violencia sexual, la prostitución, la explotación sexual de las mujeres y niñas y la pornografía. Desde el paradigma de la violencia por razón de sexo, las mujeres ocupan los lugares de sumisión sexual y de subordinación social, económica, laboral…, mientras que los hombres aprenden a someter a las mujeres para que sean sumisas y obedientes.
Bajo este esquema de educación diferenciada, es imposible la construcción de personas libres e iguales en derechos. No hay, ni puede haber libertad sin igualdad.
Las cifras así lo ponen de manifiesto. Las víctimas de cualquier forma de violencia son mujeres, mientras que los agresores son hombres.
La explotación sexual de las mujeres es una de las manifestaciones donde más claramente se escenifica esta diferente educación a nivel sexual, donde las mujeres son convertidas por el imaginario social masculino en objetos disponibles y consumibles por los hombres de cualquier edad, raza, clase social, formación y posición económica. Mientras que exista prostitución todas las mujeres somos reducidas a meros objetos de comercio.
Entender la prostitución como una forma de violencia sexual es imprescindible para acabar con la violencia sexual. Ambas se desarrollan bajo el mismo parámetro educativo, la utilización del cuerpo de las mujeres en contra de sus derechos sexuales.
El documental dirigido por Isabel de Ocampo, Serás Hombre, que se estrena en Pamplona con motivo del Día Internacional contra la explotación sexual, ha sido elegido por Ehuleak- Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres como acto central de sensibilización social, para hacer una reflexión en torno a lo que representa el machismo, para examinar las raíces de la violencia machista y para hacer una valoración de las consecuencias que conlleva para el conjunto de la sociedad una educación sexual basada en el uso y abuso de las mujeres y en la normalización de la prostitución.
El documental aterriza en la realidad de la prostitución y en lo que hay detrás de cada una de las mujeres en prostitución, cómo son captadas, introducidas y mantenidas en la prostitución, cómo funcionan los proxenetas y en especial, como aprenden a relacionarse los hombres en su vida cotidiana con las mujeres.
Este documental propone una reflexión como sociedad señalando a los hombres como los verdaderos responsables de la existencia de las distintas formas de violencia hacia las mujeres.
Son los hombres los que agreden, los que someten, los que supeditan y los que cosifican a las mujeres en cualquiera de los ámbitos de la vida cotidiana, en cualquiera de los escenarios en los que se desarrolla la violencia hacia las mujeres, los espacios de ocio, los clubs, los pisos donde se produce la prostitución, el hogar, el trabajo, en la vida social y señalarles a ellos como los que perpetran la violencia hacia las mujeres permite poder atajar las causas.
En la vida cotidiana hemos aprendido a normalizar la prostitución sin caer en la cuenta de que se trata de relaciones violentas de sumisión y de dominio sexual. Se ha construido un imaginario social que apuntala el sistema prostitucional, legitimando los derechos de los hombres a cosificar y mercantilizar a las mujeres como algo inocuo para las mujeres e incluso deseable como una profesión.
Desmantelar el sistema de creencias en el que se aposenta la normalización del consumo sexual de mujeres como mercancías es imprescindible para acabar con el machismo.
Desde los años 60, las organizaciones feministas venimos designando a los verdaderos responsables de la violencia contra las mujeres, los hombres machistas que entienden que tienen el derecho a controlar, someter, agredir e incluso matar a una mujer, porque no tienen la consideración de que las mujeres sean personas iguales en derechos y libres.
No son las mujeres las que se someten a relaciones desiguales, de poder, de violencia porque así lo deseen, sino que son los hombres violentos los que someten, cosifican, controlan, imponen el poder y la violencia de múltiples formas contra las mujeres en todos los ámbitos de sus vidas incluido en el plano sexual.
Por todas estas razones las organizaciones feministas hemos reclamado la articulación de leyes y medidas a nivel educativo, preventivo, de protección y atención integral para las mujeres y judiciales para acabar con el sistema de privilegios instaurado en los hombres y así lograr la restitución en el pleno ejercicio de sus derechos a las mujeres.
Hoy, 23 de septiembre, reclamamos más que nunca la aprobación de una ley abolicionista del sistema prostitucional que permita el desmantelamiento de la industria de la prostitución en todos los casos y circunstancias con independencia de la voluntad de la mujer, que incorpore medidas para desactivar la demanda de prostitución, con suficiente dotación económica para garantizar a todas las mujeres una vida libre de violencias machistas y libre del sistema prostitucional y su entramado. Es urgente garantizar la protección, la atención integral y la reparación del daño de todas las mujeres víctimas de las redes de prostitución.