Condenamos y lamentamos el terrible asesinato de un menor de diez años a manos de su padre

Estamos de luto ante el primer crimen por violencia vicaria del año

Comenzamos este mes de abril lamentando el triste hecho de que un inocente niño de 10 años haya sido asesinado por su padre durante el cumplimiento del régimen de visitas del menor, para celebrar el que fuese su undécimo cumpleaños.

Se trata del primer crimen por violencia vicaria cometido en 2022, y el número 47 desde 2013 en que se empezaron a recabar estadísticas.

Ante estos hechos, desde la CIMTM recordamos que los derechos y la protección de los hijos e hijas siempre van por delante de los supuestos derechos del padre. Nuestra experiencia en los años de atención a mujeres y menores víctimas de malos tratos, nos demuestra que un maltratador jamás será un buen padre.

Los menores se convierten en víctimas directas al ser testigos de la violencia que sufren sus madres, algo que desde nuestra entidad llevamos denunciando y visibilizando por medio de nuestra exposición itinerante “Crecer con miedo: niños y niñas ante la violencia de género”.

Por medio de los dibujos creados por los niños y niñas que han sido atendidos por nuestra entidad, reflejamos lo que ellos y ellas no pueden expresar mediante palabras, y recordamos que estos crímenes son solo la punta del iceberg del dolor diario que sufren quienes son testigos directos de la violencia machista que se ejerce contra sus madres.

Este lamentable hecho nos hace reiterar que, según la reforma al artículo 94 del Código Civil en vigor desde el pasado 3 de septiembre, “No se fijará en los juzgados un régimen de visitas, y lo suspenderá si existe, cuando el padre esté incurso en un proceso penal por atentar contra la vida, agredir o abusar de la pareja o de los hijos, y tampoco si aprecia indicios fundados de violencia doméstica o de género”.

Si bien, el principal objetivo de la reforma es proteger a los menores y combatir la violencia vicaria, hoy nos hallamos horrorizadas de nuevo ante este último crimen, más aún, cuando pesaba sobre el maltratador una orden de alejamiento por parte de la madre.

Pese a las buenas intenciones y los avances legislativos, nos encontramos ante un error de coordinación entre los juzgados, y rogamos un mayor esfuerzo, diligencia y seguimiento por parte de las instituciones competentes para poner fin a irregularidades que suponen un grave riesgo para la vida de niños y niñas inocentes.

Recordamos que, según el último dictamen emitido por la Fiscalía, hay aproximadamente 879 casos de presos por violencia de género que siguen recibiendo visitas de menores en los centros penitenciarios, a pesar de su prohibición en la ley.

Esta forma de proceder por parte de los operadores de justicia refleja una interpretación discriminatoria de la legislación, basada en prejuicios y estereotipos de género todavía muy arraigados, como ya ha alertado la ONU a España en varias ocasiones por medio de varios informes.

El objetivo de la violencia vicaria es provocar el sufrimiento de por vida de la madre. Y una vez más, lo han vuelto a conseguir.

Todo nuestro apoyo y cariño a la madre y familia del menor.