Desde la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres, como cada año y con motivo del Día Internacional de la Mujer, ponemos de manifiesto nuestras reivindicaciones en el camino hacia la igualdad real y efectiva entre hombre y mujeres, todavía lejos de alcanzar.
Ahora más que nunca, cuando, desde diferentes ámbitos, los logros que creíamos alcanzados se están cuestionando, se hace necesario volver a la esencia y recordar algunos puntos fundamentales:
Violencia de género
Recordamos, en primer lugar, a las mujeres víctimas de la violencia machista. También a las y los menores, a menudo silenciados. En 2023 fueron 58 las mujeres asesinadas a causa de esta terrible violencia y 50 los hijos e hijas asesinadas por esta misma causa, desde 2013, en varios de estos casos la justicia había autorizado regímenes de visitas o visitas sin supervisión e incluso había denegado órdenes de protección, algo especialmente preocupante, pues pone de manifiesto fallos en el ámbito judicial a la hora de proteger a las víctimas de violencia de género.
Seguiremos trabajando por la erradicación de esta terrible e innegable forma de violencia, infligida a la mujer por el mero hecho de serlo y por el reconocimiento de un hecho irrefutable: el origen está en la desigualdad, en arraigadas creencias acerca de la inferioridad de las mujeres, en la esencia misma del sistema patriarcal.
Recordamos, para quien pueda necesitarlo, nuestro teléfono de atención a la mujer víctima de violencia de género: 900 100 009
Abolición de la prostitución
Puesto que se trata de uno de los ejemplos más extremos de la violencia de género, reivindicamos, una vez más, la abolición de la prostitución. La igualdad real continuará siendo inalcanzable mientras los hombres compren y exploten a las mujeres.
Lejos de la utopía de la libre elección, lo cierto es que el mercado prostitucional se nutre de la trata de mujeres mediante estrategias de captación y coacción, aprovechando la vulnerabilidad económica de las mismas.
Necesitamos con urgencia una ley que desmantele la industria de la explotación sexual y desactive la demanda. Porque las mujeres no somos mercancía y nuestra libertad sexual no puede ser objeto de comercio jamás.
Abolición de los Vientres de Alquiler
Del mismo modo, afirmamos que el movimiento feminista no puede estar a favor de los vientres de alquiler pues esta práctica supone una nueva forma de mercantilización y cosificación del cuerpo de las mujeres, que siempre recae en perjuicio de aquellas más vulnerables y económicamente desfavorecidas.
Recordemos que no hay que confundir un pretendido ‘’derecho a ser padre’’, -inexistente en nuestro sistema legal-, con el deseo de ser padres.
Seguiremos defendiendo la abolición del alquiler de vientres a nivel internacional, porque supone un intolerable abuso de los derechos humanos de las mujeres y sus criaturas.
Educación para la igualdad
Para alcanzar estos y otros objetivos, siempre destinados a la construcción de un mundo igualitario en el que las violencias machistas no tengan cabida, no solo defendemos, sino que trabajamos por la coeducación.
Nuestras jóvenes se enfrentan a nuevas formas de machismo, como el control a través de las redes sociales, la sextorsión y la captación en línea de mujeres y niñas con fines de explotación sexual. Las principales víctimas de estas nuevas formas de coacción en el ámbito de las relaciones afectivo sexuales suelen ser las adolescentes.
Además de promover relaciones igualitarias y sanas, libres de cualquier tipo de violencia, promovemos un uso adecuado de las tecnologías de la información. Podemos transformar la amenaza en oportunidad, a través del uso de estas herramientas para empoderarnos y sentirnos más seguras: grupos de apoyo en redes, apps de ayuda, información disponible y de fácil acceso en Internet, etc.
Seguimos en la lucha feminista
El feminismo dio sus primeros pasos hace más de 300 años y son muchas las mujeres que han sacrificado sus vidas en la lucha por la igualdad y la consecución de una sociedad más justa e igualitaria.
Hemos tenido que organizarnos para combatir el injusto orden establecido y no podemos permitir ni un paso atrás en los derechos que ya hemos conquistados.
Apoyamos la consecución de derechos de otros colectivos, como no podría ser de otra manera, pero, por todo lo anterior, pedimos se respeten las bases de la lucha feminista que está lejos de terminar. De este modo, reivindicamos el uso correcto del término género, utilizado históricamente para otorgar roles desiguales a través de los cuales se ha relegado a las mujeres a ámbitos menos reconocidos socialmente.
La agenda feminista continúa con su lista de tareas pendientes: erradicar la violencia contra las mujeres en todas sus manifestaciones, conseguir los derechos sexuales y reproductivos, enfrentar la feminización de la pobreza o combatir la crisis de cuidados y lograr la conciliación laboral y personal…
El camino no es corto ni fácil, y el aprendizaje histórico nos ha demostrado que la confrontación interna lo dificulta aún más.
Por ello, este 8 de marzo, reivindicamos un movimiento feminista unido, tanto a nivel nacional como internacional, basado en el diálogo y el respeto.
Hoy más que nunca, Juntas Somos Más Fuertes
Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres