Apoyo a la Relatora Especial de la ONU sobre la Violencia contra las Mujeres, Reem Alsalem

Desde la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres, nos sumamos a la declaración mundial en defensa de Reem Alsalem, Relatora Especial de la ONU sobre la Violencia contra las Mujeres y las Niñas, quien enfrenta ataques y presiones por su compromiso en denunciar la violencia estructural que sufren las mujeres en todo el mundo.

Recientemente, grupos e individuos han intentado desacreditar su labor, especialmente en relación con su relevante informe sobre «Formas de violencia basada en el sexo contra las mujeres y las niñas: Nuevas fronteras y cuestiones emergentes». Estos ataques no solo buscan silenciar su trabajo, sino que reflejan una preocupante tendencia a deslegitimar las voces que denuncian el sistema de explotación sexual y la mercantilización del cuerpo de las mujeres.

La Relatora Especial ha puesto en el centro del debate un hecho innegable: la prostitución es una forma de violencia contra las mujeres. En su informe de 2024, Alsalem reconoce que la prostitución no puede considerarse un trabajo, sino que es una manifestación de la violencia de género, la discriminación y la explotación de las mujeres más vulnerables.

A pesar de estar basada en instrumentos internacionales de derechos humanos, su postura ha sido atacada por sectores que promueven la regulación de la explotación sexual bajo el eufemismo de “trabajo sexual”. Entre estos grupos se encuentran organizaciones que desdibujan la línea entre trata y prostitución, favoreciendo un modelo que beneficia a proxenetas, compradores de sexo y la industria de la explotación.

La violencia contra las mujeres: Una crisis global

Defender la relatoría de Alsalem es fundamental en un contexto donde las cifras de violencia contra las mujeres siguen siendo alarmantes:

  • El 35% de las mujeres han sufrido violencia física y/o sexual a lo largo de su vida.
  • 230 millones de mujeres y niñas han sido sometidas a mutilación genital femenina.
  • 42 millones de mujeres son compradas y vendidas en la prostitución a nivel global.
  • 750 millones de mujeres han sido forzadas a matrimonios infantiles.
  • La violencia sexual en conflictos ha aumentado en un 50% solo en 2023.

Estas realidades no son aisladas, sino parte de un sistema patriarcal que sigue mercantilizando a las mujeres y perpetuando su subordinación.

En un momento donde organismos de la ONU han cedido espacio a discursos que legitiman la explotación sexual, la prostitución y la legalización de los vientres de alquiler, es más necesario que nunca defender los principios de igualdad y justicia que deben regir los derechos humanos de las mujeres.

La Relatora Especial ha sido una de las pocas voces en la ONU que ha denunciado sin ambigüedades la explotación sexual como una violación de los derechos humanos. Su trabajo no debe ser censurado ni boicoteado, sino respaldado y fortalecido.

Desde la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres, nos unimos al llamado de la sociedad civil para:

  • Defender la independencia de la Relatora Especial y su mandato como mecanismo clave para la erradicación de la violencia contra mujeres y niñas.
  • Exigir que los órganos de derechos humanos de la ONU rechacen los intentos de deslegitimarla, promovidos por quienes buscan legalizar la explotación de mujeres y niñas.
  • Recordar que la prostitución no es un trabajo, sino una forma de violencia de género, tal y como lo reconocen la CEDAW y otros tratados internacionales.

El derecho de las mujeres a una vida libre de violencia no es negociable. Seguiremos luchando contra quienes intentan disfrazar la explotación de derecho y silenciar a quienes la denuncian.