Apoyamos el llamamiento de la CAP por la abolición de la prostitución
Desde la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres apoyamos el llamamiento impulsado por la CAP (Coalición por la abolición de la prostitución) a propósito del IV Congreso Mundial para la Abolición de la Prostitución, celebrado en Montreal del 1 al 3 de junio.
Se trata de uno de los mayores eventos abolicionistas del mundo, en el que se reunieron supervivientes, investigadoras, trabajadoras de primera línea, activistas, parlamentarias y más.
A continuación, puedes leer el manifiesto:
La prostitución es una forma de violencia
La mayor parte de las personas prostituidas han sufrido violencia, a menudo sexual, antes de entrar en la prostitución. La mayoría de ellas también han sido víctimas de muchas formas de violencia mientras ejercían la prostitución (física, verbal, sexual, psicológica).
Los actos sexuales practicados sin que exista un deseo físico, sino como consecuencia de la precariedad económica, la desigualdad o la coacción a personas vulnerables, constituye una violencia sexual en sí misma.
La prostitución como una instrumentalización de las desigualdades
La prostitución forma parte de la larga tradición patriarcal de poner los cuerpos de las mujeres a disposición del disfrute masculino (derecho de pernada, violación, acoso sexual, ¨deber conyugal¨, etc.). Esta práctica se nutre de todo tipo de desigualdades: de los hombres sobre las mujeres, de los ricos sobre las pobres, del Norte sobre el Sur, de los grupos mayoritarios hacia las minorías. Las mujeres migrantes y/o que forman parte de minorías están sobrerrepresentadas en la prostitución a escala global.
La prostitución atenta contra la dignidad humana
Al considerar el sexo y el cuerpo humano como bienes de consumo, el sistema prostitucional refuerza la cosificación de todas las mujeres y sus cuerpos. Es una violación directa de la integridad física y moral de las personas prostituidas. La prostitución enfatiza aún más la dominación del hombre sobre la mujer y, en particular, la actitud patriarcal de derecho masculino sobre el cuerpo de la mujer, presente en otras formas de violencia contra la mujer como la violación, el acoso sexual y la violencia dentro de la pareja. El sistema prostitucional alimenta y perpetúa la trata de seres humanos con fines de explotación sexual. Asimismo, constituye un obstáculo social para el desarrollo de una sexualidad libre, respetuosa e igualitaria.
La prostitución es una violación de la dignidad humana
La prostitución enfatiza aún más la dominación del hombre sobre la mujer y, en particular, la actitud patriarcal de derecho masculino sobre el cuerpo de la mujer, presente en otras formas de violencia contra la mujer como la violación, el acoso sexual y la violencia dentro de la pareja. El sistema de prostitución alimenta y perpetúa la trata de seres humanos con fines de explotación sexual. Asimismo, constituye un obstáculo social para el desarrollo de una sexualidad libre, respetuosa e igualitaria.
La prostitución es una violación de los Derechos Humanos
El derecho internacional reconoce que la prostitución es una violación de los derechos humanos y prohíbe expresamente el lucro de terceros a través de la prostitución ajena, lo que incluye el proxenetismo y la explotación en prostíbulos. Los Estados y los organismos de las Naciones Unidas tienen la obligación directa y vinculante de oponerse a cualquier banalización de la prostitución, así como trabajar por su erradicación.