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Día Internacional de las Personas con Discapacidad

Cada 3 de diciembre se celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, con el objetivo de buscar soluciones orientadas a un desarrollo inclusivo, es decir, que impulsen un mundo más accesible y equitativo para todas las personas.

Sin duda, la inclusión de la discapacidad es condición esencial para el respeto a los derechos humanos, el desarrollo sostenible, la paz y la seguridad. Este día se celebra en línea con la promesa de «no dejar a nadie atrás» de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, teniendo en cuenta la existencia de una innegable discriminación hacia las personas en situación de discapacidad.

Pese a los avances de los últimos años, el capacitismo sigue siendo una realidad clara en nuestra sociedad, que se manifiesta incluso en forma de barreras físicas.

Doble discriminación: por el hecho de ser mujeres y por el hecho de estar en situación de discapacidad.

Los datos reflejan una realidad ineludible:

Una de cada tres mujeres con discapacidad sufre violencia machista, según Fundación ONCE, y el riesgo de ser víctimas de violencia machista es cuatro veces mayor, según un estudio del Parlamento Europeo.

Tal y como expresa la ONU, las personas con discapacidad son las más excluidas y olvidadas, y esto solo hace que la violencia sufrida por mujeres y niñas con discapacidad sea tremendamente invisibilizada. Es una violencia que se sufre desde la infancia, de manera continuada y estructural, lo cual contribuye a su normalización

El estudio “Mujer, discapacidad y violencia de género”, financiado por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, y realizado por la Federación de Mujeres Progresistas en 2020, evidencia la gran variedad de violencias que pueden sufrir las mujeres y niñas con discapacidad. El informe destaca que las mujeres con discapacidad tienen un riesgo mucho mayor de sufrir violencias basadas en estereotipos sociales, sobre todo en base a la deshumanización (ser tratadas como “mentalmente peligrosas”) y tremenda infantilización que sufren por parte de la sociedad. Estos prejuicios solo contribuyen a su exclusión y aislamiento, facilitando que sean objeto de violencia machista y dificultando su detección.

La violencia machista en mujeres con discapacidad puede ser sobre todo de naturaleza física, psicológica, sexual y económica, con unas terribles consecuencias, que incluyen el abandono, aislamiento social, confinamiento, humillación, arresto, denegación de cuidados sanitarios, esterilización forzosa y tratamiento psiquiátrico forzoso. Cabe destacar también el grave abandono de cuidados que pueden llegar a sufrir, debido a negligencias e invisibilización.

Aumentan las consecuencias psicológicas para la víctima

El estudio (corroborado por los resultados de la Macroencuesta de Violencia contra la mujer 2019) muestra que el 77% de las mujeres con discapacidad que han sufrido violencia física, sexual o emocional de alguna pareja afirman que los episodios de violencia les han producido alguna consecuencia psicológica frente al 69,4% de las mujeres sin discapacidad acreditada que han sufrido esta violencia.

Las mujeres y niñas con discapacidad que se encuentran en una situación de violencia machista se enfrentan a una serie de barreras aún mayor que el resto de mujeres(Mujer, discapacidad y violencia de género, 2020):

  • Autoestima mermada y deteriorada
  • Falta de información y dificultad para acceder a los recursos formales frente a la violencia de género.
  • Falta o poca credibilidad  cuando deciden desvelar su situación.
  • La perpetuación del amor romántico con el miedo a perder a su agresor que además es el que le cuida y del que, muchas veces, depende para las actividades básicas de la vida diaria y la imposibilidad de defenderse físicamente del agresor.
  • Falta de concienciación y estereotipos nocivos por parte del funcionariado público, la judicatura, la fiscalía o la policía.

Todo lo anterior evidencia que la sensibilización es vital para la prevención y detección, por parte tanto de la sociedad y por parte de los diferentes servicios de los que las mujeres con discapacidad hacen uso: Servicios Sociales, Servicios de Salud, Centros ocupacionales, etc.

La cercanía de los agresores y la vulnerabilidad de las víctimas determina quién da la voz de alarma sobre los abusos, por lo que es absolutamente necesaria una formación específica a profesionales para que puedan actuar, sobre todo teniendo en cuenta que el cuidador es en gran parte de los casos el agresor, utilizando su posición y cercanía a la víctima para ejercer violencia.

Tampoco podemos olvidar que este tipo de violencia se previene cambiando nuestro imaginario, es decir, acabando con la conciencia social que perpetúa las desigualdades y discriminación estructurales hacia las personas en situación de discapacidad. Solo una sociedad sin barreras basadas en el género, discapacidad y otras realidades podrá ser una sociedad libre de violencias.

Aitana García Vilar-Colaboradora de la CIMTM

Malos tratos

En Navarra, la prostitución ya es considerada una forma de violencia contra la mujer

Desde el año 2004 en que se aprobo la Ley integral contra la violencia hacia las mujeres, las feministas radicales, anticapitalistas, autónomas y abolicionistas hemos venido reivindicando la inclusión en la ley de una de las manifestaciones más graves de la violencia machista, la Prostitucion.

Finalmente, el movimiento feminista navarro ha logrado incorporar en la ley foral 14/2015, contra la violencia hacia las Mujeres esta histórica reivindicación.

Ahora podemos celebrar que en Navarra la Prostitucion en todas sus formas y manifestaciones esta definida como una forma de violencia contra las Mujeres.

Esta definición abre el camino a señalar como agresores y responsables directos de esta manifestación de violencia a los hombres que acuden a la Prostitución, pero sobre todo a todos aquellos que se lucran directa o indirectamente de la Prostitución, a la industria del sexo, a los medios de comunicación que aún insertaban anuncios de Prostitución cada día.

Sin duda, ha comenzado el camino hacia la igualdad real entre mujeres y hombres.