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Combatir el sexismo en la justicia

Si bien es cierto que España cuenta con un elenco normativo indiscutiblemente avanzado en materia de igualdad, no podemos obviar la gran brecha existente entre la legislación y su aplicación efectiva.

El sexismo y los estereotipos de género en el sistema judicial representan un obstáculo para el buen funcionamiento de la justicia.

En este sentido, el papel de los jueces es determinante desde el inicio de los procedimientos judiciales, ya que les corresponde iniciar el proceso e instruir la causa, lo que conlleva pedir información, decretar las medidas provisionales, etc.

La propia denominación de los hechos investigados puede estar sesgada desde un inicio por valores sexistas. Por ejemplo, no es lo mismo iniciar un expediente como violencia habitual, que partir simplemente de un mal trato “ocasional”, lo que en muchas ocasiones va a condicionar posteriormente el transcurso de la investigación.

Los estereotipos de género en la aplicación de la Ley

  • Lo cierto es que, a día de hoy, la Justicia tiene poco en cuenta la violencia de género cotidiana, en forma de violencias verbales en espacios públicos y privados. Las humillaciones y vejaciones, se minimizan, aunque sean continuadas y reiteradas en el tiempo.
  • Una de las conclusiones claves de nuestro informe sobre la percepción de la violencia en jóvenes, es que “ la calle” históricamente concebida como un espacio de socialización, ha pasado a concebirse por la mayoría de las jóvenes, como un espacio peligroso y en el mejor de los casos hostil.
  • Son muy pocas las sentencias que tienen en cuenta la violencia económica, a pesar de estar reconocida como tal en el Convenio de Estambul.
  • La violencia sexual, como las violaciones en grupo se están cometiendo cada vez con más frecuencia, y en muchos casos se justifica el acto delictivo trasladando la responsabilidad a la conducta de la propia víctima , lo que produce una doble victimización- . Véase el caso de la “ Manada”.
  • En ocasiones persiste el discurso sexista que reconduce los actos de violencia a un “conflicto familiar”, y no a una situación de dominación y control por parte de un miembro de la pareja, en este caso el hombre, sobre la mujer.

Violencia institucional

Desde el momento en que se produce una respuesta inadecuada a las situaciones de sexismo y en especial las que afectan a la Violencia de Género nos encontramos con lo que podría denominarse violencia institucional.

La lentitud de los procesos judiciales hace ineficaz en muchos casos una resolución adecuada y a tiempo de la violencia, que puede dar lugar a la retractación en la denuncia e incluso a la cronificación de las lesiones psíquicas y sus efectos.

  • Los procesos penales pueden tardar más de dos años o tres cuando se tramitan como proceso abreviado.
  • Los procesos civiles se demoran por la necesidad de informes psico- sociales que tardan más de un año en emitirse.
  • Las medidas provisionales en muchos casos se toman sin el correspondiente informe psico – social, lo que da lugar a resoluciones mal o insuficientemente motivadas.

Así mismo consideramos necesaria una mayor especialización de los Juzgados de Violencia sobre la Mujer, en materia civil, es decir la relativa a los procesos derivados de la decisión de la mujer de proceder a la ruptura de la pareja tras la denuncia.

  • Los regímenes de visitas de los agresores, se establecen en ocasiones en base a formularios estereotipados, que no tienen en cuenta la tipificación de los hechos penales enjuiciados- mal trato habitual, lesiones, mal trato de obra etc…., la reiteración de los mismos, la violencia sufrida y/o presenciada por los menores etc….
  • Las medidas económicas, se establecen en ocasiones en base a parámetros preconcebidos, sobre la persistencia de la idea de que las mujeres que denuncian pertenecen a estratos de población de economías con pocos recursos, lo que deja en muchas ocasiones a las mujeres y los hijos en una situación de cuasi precariedad.

Internet, un caldo de cultivo para el sexismo

Internet ha proporcionado un nuevo espacio para la expresión y transmisión del sexismo, al que la Justicia en la práctica tiene difícil acceso.

La persecución del culpable se hace mucho más difícil por el espacio anónimo en que en muchas ocasiones se produce. Pero especialmente preocupante resulta la falta de respuesta normativa a la violencia ejercida a través de la pornografía en redes, que incide directamente en la normalización de la violencia sexual sobre las mujeres y niñas, desde las etapas más jóvenes de la adolescencia.

Propuestas para la mejora del sistema judicial

La primera, pilar de todas las demás, consiste en aplicar la perspectiva de género a todos los ámbitos de la Administración de Justicia. Partiendo de esta premisa, surgen otras propuestas más específicas como son:

  • Formación

Es necesario garantizar una formación periódica y adecuada para los miembros de la carrera judicial, sobre los efectos nocivos de los sesgos y estereotipos de género, especialmente en los casos de violencia contra mujeres y niñas.

Esto supone la obligatoriedad de este tipo de formaciones para el acceso a la carrera judicial y con mayor contenido curricular cuando se trate del acceso a destinos en Juzgados especializados en Violencia Contra la mujer.

  • Incremento de recursos humanos y materiales.

Necesidad de dotar a la Administración de Justicia de recursos económicos y personales que eviten la sobrecarga que pesa en la justicia y consiguiente demora de los procesos.

  • Fomento de la intervención en los procesos de profesionales especializados.

Tanto los adscritos al Juzgado, como los designados por las partes, incluidas las ONGs y demás organizaciones de la Sociedad Civil.

La realidad es que en muchas ocasiones, los tribunales no cuentan con las organizaciones de la Sociedad Civil. Minusvaloran los informes de las organizaciones especializadas y en la práctica prevalecen exclusivamente los informes elaborados por los propios profesionales del equipo psico social o forense del Juzgado.

  • La adecuada reparación del daño.

Sería muy ilustrativo comenzar por un diagnóstico previo mediante el examen de las resoluciones judiciales condenatorias y las indemnizaciones acordadas en casos de Violencia de genero incluida la violencia sexual.

Es necesario determinar siempre la correspondiente y adecuada reparación del daño físico y psicológico , así como el daño moral.

Para cumplir con lo anterior se hace también necesario establecer unos criterios homogéneos para su valoración.

Por último se recomienda hacer un exhaustivo seguimiento de su cumplimiento. Resulta preocupante que en muchos casos el responsable se declara insolvente y no existe responsabilidad subsidiaria por parte del estado , de forma que finalmente no se cumple la reparación del daño en su vertiente indemnizatoria.

El proceso judicial en los casos de violencia de género

El proceso judicial en casos de violencia de género

 

Susana Martínez Novo

Abogada y Presidenta de la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres

Participamos en el webinar ‘El Sexismo en la Justicia’

El Lobby Europeo de Mujeres en España en colaboración con la Asociación Alternativas organizó un segundo webinar el pasado 5 de octubre en relación con la discriminación sufrida por las mujeres en el ámbito de la justicia. Como el anterior, relacionado con los medios de comunicación, este evento se llevó a cabo en el contexto de la Campaña del Consejo de Europa »Movilízate contra el Sexismo».

Tras una didáctica exposición de Teresa Freixes, Presidenta de la organización Citizens pro Europe, acerca del principio de la igualdad como Valor y Derecho Fundamental en el contexto legislativo europeo, asistimos a una serie de intervenciones que desgranaron, ya a nivel nacional, el acceso de las mujeres a la justicia, tanto desde la perspectiva de profesionales como de usuarias.

Mª Ángeles Carmona, Presidenta del Observatorio del CGPJ contra la Violencia de Género y vocal del Consejo General del Poder Judicial, hizo referencia al trabajo del observatorio, a las líneas jurisprudenciales más recientes en materia de Violencia de Género y en otro orden de cosas a las dificultades de ascenso de las mujeres en la carrera judicial así como de acceso de cargos de libre designación.

¿Los motivos? Múltiples y complejos. Desde el menor número de candidaturas de mujeres, en parte por una cuestión de conciliación, hasta el lastre de un pasado cercano en el que el acceso de las mujeres a la carrera judicial estaba simplemente prohibido.

En cuanto al trabajo del CGPJ, Mª Ángeles habló de algo a lo que el Pacto de Estado ya otorga especial relevancia: la formación por parte de los profesionales en material de igualdad. Se está avanzando, reconocía sin embargo, recordando que todos los jueces tienen que pasar por un curso de perspectiva de género y que además, recientemente, se cuenta con una especialidad propia en materia de violencia contra la mujer.

La importancia de estas cuestiones queda más que patente si tenemos en cuenta que el poder judicial, a través de las sentencias, está obligado por la Constitución a aplicar el principio de igualdad y a combatir los prejuicios de género. Las opiniones, ideas preconcebidas y estereotipos no tienen cabida.

En cuanto a los casos de violencia machista, Mª Ángeles hizo referencia a la importancia de dar credibilidad a las mujeres. Exigir a la víctima que recuerde detalles exactos, que denuncie en el momento en que los hechos ocurren o no tener en cuenta las dificultades de expresión por miedo al agresor, a las represalias del entorno, o incluso a perder a sus hijos, demuestra la carencia de perspectiva de género por parte del juez o jueza que debe ser atajada si queremos sentencias justas.

Sobre esta cuestión, la necesidad de igualdad real y efectiva en cada sentencia, hablaba Mª Pilar Martín, Fiscal de Sala Delegada de la Violencia contra la Mujer.

La perspectiva de género así como la empatía y humanidad, son imprescindibles en todos los casos. Cuando se toma declaración, por ejemplo, sin este enfoque podemos avocar a la mujer al sufrimiento que produce la doble victimización.

Insistía Mª Pilar en la cuestión de la formación, recordando con pesar que aún a día de hoy, es fácil encontrar fiscales recién aterrizados en la profesión, hablando de la importancia de las denuncias falsas en casos de violencia de género. »Los opositores a la carrera de fiscal son solo un reflejo de lo que hay en la sociedad», apuntaba.

Susana Martínez, Presidenta de la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres y abogada en ejercicio, ofreció el punto de vista de quien ha estado al lado de muchas mujeres en el duro proceso de la salida de la violencia, desde que se pide ayuda por primera vez hasta que se denuncia y obtiene una sentencia.

Comenzaba en una nota positiva recordando que España es referente en cuanto a la legislación en materia de igualdad. Sin embargo, señalaba, »hay una brecha constatable entre lo que dice la ley y la aplicación de la misma». El sexismo sigue patente en la aplicación de la ley. La violencia de género cotidiana, los insultos, las humillaciones, aún son minimizadas en los procedimientos judiciales.

Los estereotipos sexistas se materializan cuando se da por hecho que el titular de hecho de la administración de los bienes familiares sigue siendo el hombre, cuando se dictan regímenes de visita sin tener en cuenta que »un maltratador no puede ser buen padre».

No solo para hacer frente a los estereotipos que empañan a menudo los procedimientos judiciales, si no para estar correctamente preparados para las nuevas manifestaciones de la violencia de género, derivadas de las nuevas tecnologías, Susana vuelve de nuevo a la importancia de la formación. »La administración de justicia es el último recurso, la solución para que se sienten las bases de una justicia igualitaria es trabajar en ello en todas las fases educativas», destacaba.

Manuela Carmena, abogada, ex-jueza y ex-alcaldesa de Madrid, ponía el foco en el análisis de la justicia española en su conjunto. »Está muy burocratizada, es rígida, no tiene nada que ver con una sociedad democrática», apuntaba, recordando que el sistema español es caduco en el contexto europeo.

Hacía un llamamiento a la humanización de la carrera judicial haciendo hincapié en el carácter eminentemente memorístico de las oposiciones a juez, así como en la ritualización de los juicios, alejados de un verdadero diálogo.

Respecto a la lucha contra el sexismo en este ámbito, hacía referencia a la necesidad de conocimiento de la singularidad de las mujeres, de »iluminar lo que está oscuro».

El desconocimiento de la sexualidad de las mujeres es la causa, al menos en parte, de ciertas actuaciones en el ámbito de la justicia respecto a los delitos sexuales. Hacía referencia Manuela al voto particular en el caso de la manda en el que el magistrado entendía que la víctima había obtenido placer sexual durante la agresión.

Lara Ferguson, Vocal Asesora de la Dirección del Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades, como experta parte del Comité de Redacción de la Recomendación para prevenir y combatir el sexismo durante 2017 y 2018, fue la encargada de clausurar el evento haciendo hincapié en la campaña en la que el mismo se engloba: »Es importante nombrar y dimensionar el sexismo. Es un continuo que tiene consecuencias económicas, psicológicas, sexuales…».

Este proyecto del Consejo de Europa también busca la dimensión práctica, el desarrollo de herramientas aplicables, en este caso, en el ámbito de la justicia. Con este fin se han desarrollado una serie de recomendaciones a las que ya se puede acceder desde la web creada con tal fin.