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Debate CSW

Legislar el consentimiento

La Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer es un espacio de debate dirigido, entre otros fines, a alcanzar acuerdos gubernamentales acerca de los retos y los obstáculos a los que nos enfrentamos en el contexto internacional, a la hora de comprometernos con la erradicación definitiva de la discriminación y los diversos tipos de violencias que sufren las mujeres por el mero hecho de serlo.

En el marco de la 65 edición de la CSW, ha tenido lugar un evento paralelo, impulsado por el Gobierno español, que nos suscita un gran interés, conscientes de que, a día de hoy, son numerosos los retos que se presentan para combatir la violencia sexual, y de las lagunas existentes en la protección institucional.

Hablamos del evento “Del no es no, al sí es sí: normas y políticas públicas para la erradicación de las violencias sexuales contra las mujeres”.

Hace 16 años que se aprobó en España, la Ley contra la Violencia de Género, pero sigue limitada a la violencia en la pareja o expareja. Tenemos una gran deuda con la violencia sexual en sus múltiples manifestaciones.

Prevención, protección, castigo y reparación

Ante la respuesta de la justicia a determinados delitos sexuales, las mujeres han salido a la calle, primero a acompañar a las víctimas, a decir, “hermana, yo si te creo”, “No estás sola”, y también a protestar contra la justicia patriarcal, “no es abuso, es violación”.

El miedo a no sentirse protegidas por la justica es la gran causa de que todavía muchas mujeres maltratadas no interpongan una denuncia.

Hay una honda raíz patriarcal en esa concepción de que el hombre tiene derecho al acceso del cuerpo de las mujeres. Frente a ello, se propone como medida, la Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual. De llevarse a cabo, la ley promete incorporar todo un paquete de medidas jurídicas y económicas  para la reparación integral de las víctimas.

El debate contó con la participación de las siguientes ponentes:

Marceline Naudi. Presidenta del GREVIO. Consejo de Europa. 

Julissa Mantilla Falcón, Comisionada de la Comisión interamericana de derechos humanos.

Irene Montero. Ministra de Igualdad. España. 

Josefina Kelly. Secretaria de Políticas contra la Violencia por Razones de Género. Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad .Argentina

Begoña San José. Activista Feminista.

 

  • Marceline Naudi. Presidenta del GREVIO. Consejo de Europa.

Marceline Naudi durante su intervenció

 

La primera en intervenir fue la presidenta del GREVIO, Marceline Naudi, quien destacó la importancia de establecer una legislación que se base en el consentimiento para evitar las violencias sexuales y la violación.

Hay muchos sistemas jurídicos en Europa que siguen contando con una definición jurídica de violencia sexual, incluida la violación, que se basa en el hecho de que los perpetradores utilicen la fuerza, las amenazas, coerciones o se basan en la incapacidad de las víctimas para defenderse.

Este concepto por su limitación, no reconoce la diversidad de las experiencias de las víctimas de la violencia sexual. Sabemos que estas agresiones de carácter sexual, no siempre implican una violencia física, amenazas, o coacciones. Esta idea de que las mujeres se tienen que defender para que se considere violación, lo limita todo. Muchas de ellas se quedan paralizadas, recalca Marceline.

El convenio de Estambul pide que haya un enfoque contextualizado que se centre en las víctimas para luchar contra la violencia sexual. El artículo 36 del Convenio requiere que haya una tipificación como delito de todas las formas de actos sexuales sin consentimiento por ambas partes, incluida la violación.

La jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, deja meridianamente claro que cualquier acto sexual sin el consentimiento específico de la mujer es un acto de violencia sexual.

Es necesario que las víctimas puedan denunciar, acceder a la justicia y obtener el requerido apoyo. Urge eliminar la carga que supone tener que demostrar sistemáticamente que se resistieron físicamente o verbalmente a la agresión sexual.

Los estados tienen que garantizar que sus definiciones jurídicas de violación se basen en el consentimiento explícito de la víctima.

Bélgica, Suecia y Malta tienen buenas prácticas para garantizar un enfoque que se base en el consentimiento. En Suecia, por ejemplo, se tipifica como delito cualquier tipo de acto sexual sin consentimiento de ambas partes.

  • Julissa Mantilla Falcón. Comisionada de la Comisión interamericana de derechos humanos.

Julisaa Mantilla durante su intervención

La Comisionada comenzó su ponencia reconociendo los límites del derecho, pero dejando claro que el problema de la violencia hacia las mujeres no se va a resolver solo con un enfoque jurídico, sino que precisa de la transformación de los ambientes, de las sociedades y de los estereotipos

Las campañas son muy importantes para que las victimas denuncien. Tal y como explica Julissa, “así como existe jurídicamente una presunción de inocencia para el agresor. En el caso de la violación sexual, pareciera que la víctima tiene una presunción de culpabilidad, y tiene que demostrar tajantemente que no facilitó el crimen”.

Un juez o una jueza que se deja llevar por estereotipos de género, no podrá ser imparcial durante el proceso judicial. Como ocurrió con el caso de la manada y muchos otros que nos indignan.

Mientras la doctrina no exija una formación específica al respecto, los estereotipos de género seguirán afectando a la imparcialidad de las resoluciones.

  • Irene Montero. Ministra de Igualdad. España.

Irene Montero durante su intervención

La ministra comenzó su discurso lamentando que en España, las víctimas supervivientes de violencia sexual continúen sin ver protegidos y garantizados sus derechos. “Esperamos que la ley Solo Sí es Sí se materialice en España”.

El proyecto de ley de libertad sexual que propone el Ministerio de Igualdad, pone por primera vez en el centro el consentimiento. “Precisamente para no seguir perpetuando ese enfoque que termina eximiendo a los agresores de su responsabilidad y responsabilizando a las víctimas por haber sido agredidas sexualmente”, aclara la ministra.

La ley del solo sí es sí llevará a cabo el fortalecimiento  de medidas y acciones dirigidas a la prevención, a la asistencia integral a las víctimas y supervivientes. Por primera vez en la historia de las políticas estatales de igualdad, articulamos el derecho a garantizar la reparación individual, social y simbólica del daño causado a las víctimas. Según anunció la ministra, la ley apuesta por el desarrollo de una educación sexual y afectiva fuerte que nos prevenga y enseñe a relacionarnos de otro modo.

Otro pilar muy importante es el de la lucha contra la explotación sexual. La ley solo sí es sí,  incluye medidas para acabar con la impunidad de la industria proxeneta , a la vez que protege los derechos de las mujeres que son víctimas de explotación sexual, y aquellas que están en contextos de prostitución.

Durante la intervención, se lanzó un mensaje muy claro a las mujeres: Si no hay consentimiento, hay violencia sexual. No estáis solas, queremos acompañaros en cada uno de los procesos de reparación que como víctimas tengáis que enfrentar.

  • Josefina Kelly. Secretaria de Políticas contra la Violencia por Razones de Género

Josefina Kell

Josefina compartió durante la intervención su experiencia en el Plan Nacional de Acción para la Prevención en Argentina. “Trabajamos en dos fuertes núcleos, por un lado, la construcción de vínculos responsables, y por otro, la construcción de otras masculinidades.”, explicó.

La Secretaria de Políticas contra la Violencia, destacó el rol que ocupan los medios de comunicación. Hasta no hace mucho, en Argentina también se hablaba del caso de la manada, y de cómo los medios de comunicación cambiaron de criterio gracias a la presión social en el tratamiento de las agresiones sexuales.

Las leyes necesitan actualizarse conforme pasa el tiempo, necesitamos un poder judicial que esté a la altura de las circunstancias, necesitamos una escucha activa.

Los datos sobre las consultas en la línea nacional de atención a la mujer en Argentina son desoladores. En 2020 hubo 1938 para solicitar algún tipo de asistencia o intervención relacionada con delitos sexuales .Y entre el año 2014 y 2019 se recogieron un total de 17852 solicitudes.

  • Begoña San José. Activista Feminista

Begoña San José durante su intervención

 

San José reivindicó el papel de la educación sexual para combatir el aumento de las agresiones de este tipo. “41 denuncias al día, agresiones en manadas, y el problema está en la falta de educación sexual en igualdad. La educación se está adquiriendo a través de la pornografía, y por eso necesitamos la Ley del sólo sí es sí.”

El juicio de la manada, en España ha marcado un antes y un después respecto a la violencia sexual. Sin embargo, no todos los juicios tienen el mismo foco y seguimiento mediático.

Begoña aprovechó su intervención para alertar de que aunque España tiene leyes necesarias, precisa de una mayor estructura que posibilite llevar a cabo las políticas. “Hay que crear empleos para que las políticas de igualdad lleguen hasta el último rincón y la última persona que lo necesita. Necesitamos más personal laboral estable en los organismos de igualdad”.

Nuestra obligación a la hora de cumplir con el Convenio de Estambul, con la CEDAW y con el resto de estándares internacionales para asegurar los derechos y la protección de las mujeres son ineludibles.

Esperamos que estas buenas intenciones no se queden por el camino. Si podemos sacar algo en claro de este debate, es que los cambios legislativos no son suficientes a la hora de erradicar la violencia contra las mujeres. Es necesario que éstos vengan acompañados de educación para eliminar los estereotipos y roles de género que discriminan a las mujeres por el mero hecho de serlo.

Malos tratos

LA VIOLENCIA SEXUAL, UNA FORMA DE ADOCTRINAMIENTO SEXUAL DE LAS MUJERES

26/04/2018

Una vez que ha salido la Sentencia de la manada, EHULEAK-Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres de Navarra, quiere hacer una pequeña reflexión sobre lo que ha supuesto uno de los casos más mediáticos sobre violencia sexual en los últimos años.

De este caso se esperaba todo, se esperaba un cambio de mentalidad. Sin embargo, la actuación mediática, tan solo sirve para ocultar la dramática dimensión de la violencia sexual.

El tratamiento informativo amarillista de algunos de los casos de violencia extrema contra las mujeres, conlleva a la desinformación y a una confusión, que tan solo sirve para empoderar a aquella parte de la sociedad con valores machistas y sexistas, revictimizando a la mujer que ha sufrido la agresión.

La reducción a un caso concreto de lo que ocurre cada día y al 99% de la población femenina alguna vez en su vida, es ocultar el fenómeno de la violencia sexual en todas sus dimensiones, pero sobre todo, el comportamiento de aquellos otros agresores sexuales que no se sienten identificados con la conducta mostrada en los medios de comunicación.

El cuestionamiento a la mujer agredida en el ámbito judicial y en todos los ámbitos de su vida es otra característica común que redunda en la justificación a la conducta de los agresores en estos casos y trae como consecuencia la doble victimización de las mujeres que han sufrido una agresión sexista.

Pero lo más importante es que la no condena con contundencia de este tipo de conductas lanza un mensaje social de impunidad, de que todo vale para los hombres, que les empodera en todas sus acciones y pone en cuestión a todas las mujeres.

Rita Segato habla de las estructuras elementales de la violencia para mencionar entre otras la violencia simbólica o la violencia sexual normalizada, dos de las fórmulas que de no ser desactivadas están produciendo violencia sexual por parte de los hombres hacia las mujeres de muy diversas formas.

En la actualidad, no se puede hablar de casos aislados cuando se habla de violencia sexual, sino que se trata de un patrón de comportamiento que cumple con las finalidades para las que se ejerce:

– Obtener el control sexual sobre nuestros cuerpos
– Imponer a todas las mujeres el discurso del miedo si no cumplimos con el mandato social otorgado a todas nosotras

Los agresores sexuales no solo quieren obtener su placer a la fuerza y sin nuestro consentimiento, sino que también quieren aplicar el castigo que le corresponde a las mujeres que han roto con el mandato social.

De ahí la importancia que hoy en día tiene que la justicia y el feminismo se unan para definir conceptos en términos de reproche social a estas conductas, para desactivar estos mecanismos de ejercicio de dominación sobre las mujeres y para acabar con la impunidad en estas conductas.

Si no hay justicia, no se pueden producir los cambios sociales que son necesarios para erradicar la violencia contra las mujeres de la sociedad.

Las organizaciones feministas reclamamos que en todos y cada uno de los casos en que se produce violencia sexual se tenga en cuenta el testimonio de la mujer que ha visto violentada su libertad sexual.

Una definición del consentimiento que imponga la obtención explícita del mismo a los varones y que no obligue a las mujeres a tener que expresar un NO sería deseable jurídicamente hablando.

De este modo se contribuiría a desmantelar el actual sistema de creencia de los hombres con derecho a tocar, manosear, besar o exhibir sin obtención del consentimiento de manera explícita por parte de la mujer.

Otra barrera que hay que romper jurídicamente hablando es el contenido violento o intimidatorio. Queda claro que la superioridad numérica, la diferencia de edad, el acometimiento, la introducción a la fuerza en un baño, local, portal, ascensor, habitación, es un hecho coactivo en sí mismo y no necesita del empleo de otros métodos de violencia añadida. Por tanto, el empleo de todos ellos juntos, es suficiente prueba de la violencia ejercida y de que se ha cometido una agresión sexual.

El atentado a la libertad sexual se produce cuando se coarta, limita o anula la libre decisión de una persona en relación con su actividad sexual, y esto se puede realizar de muy diversas formas, no solo mediante el ejercicio de una violencia física.

La diferencia jurídica entre agresión sexual y abuso sexual está delimitada por el empleo de la violencia física, psicológica o intimidación. La exigencia a las mujeres agredidas de una actuación heroica ante la conducta violenta de los agresores sexuales, supone poner en riesgo de sufrir más agresiones a las mujeres.

A corto plazo, ellos cumplirán Sentencia y tendrán derecho a una segunda oportunidad, y ¿Ellas?, ¿Cuándo superarán el cuestionamiento social?

Tras sufrir una agresión sexual, los protocolos de intervención no incluyen el acompañamiento a las mujeres mientras deciden si acudir o no al hospital, si denunciar o no, precisamente cuando se encuentran solas, en momentos en que tienen dificultades para ponerse en contacto con su red de apoyo.

Este apoyo especializado es necesario para una intervención psicológica posterior, sea en el proceso de denuncia, terapia, o durante y después del juicio. Y debe hacerse por profesionales que conocen bien las diferentes formas de expresarse el trauma y la resiliencia.

No toda mujer agredida va a resultar traumatizada. Dependerá también de sus recursos internos y externos, personales y sociales.

Es fundamental, que no pueda utilizarse cualquier elemento del entorno individual como una herramienta para dudar de la palabra de la mujer, para generar una opinión contra el hecho denunciado, cuestiones que también forman parte de la responsabilidad de las personas que están trabajando en el caso. De ahí la importancia de contar con profesionales que conozcan bien las herramientas a utilizar cuando ocurre una agresión sexual.

Con el cuestionamiento a la mujer, a los hombres, ¿Qué modelo se les está reforzando? ¿Cómo van a desaprender y deconstruirse si el éxito se encuentra en violar, maltratar, burlarse o mentir? Es el modelo social patriarcal y capitalista en el que el hombre no pierde nunca. El mismo que nos lleva a comprar más, a gastar más, a adquirir más y a tenerlo todo ahora y sin esfuerzo.

Estamos hartas de sufrir agresiones sexistas y de la estructura social que las sustenta, ¡BASTA YA!

Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres