La Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres, puso en marcha durante el último trimestre del 2019, la exposición «Crecer con miedo: niños y niñas ante la violencia de género» en la que pueden verse una serie de dibujos creados por hijos e hijas de víctimas de violencia de género, que ilustran sobre el papel las situaciones de maltrato que han vivido.
Insultos, lágrimas, miedo, una imagen de un monstruo que grita: “te voy a matar”, comparaciones con animales salvajes como el gorila o el tigre: “Cuando dibujé a papá, que es una fiera, pinté una línea para proteger a mamá”, así viven las/os menores la violencia machista en sus hogares.
Esta recopilación de dibujos forma parte del proyecto ‘Intervención Psicosocial con Menores‘, una iniciativa que la Comisión arrancó en el año 2003 observando las necesidades de atención psicológica que presentaban aquellos niños y niñas que estaban siendo víctimas directas de maltrato físico, psicológico o sexual.
“Este trabajo nace con la idea de sensibilizar sobre los terribles efectos que la violencia tiene sobre los menores que la sufren, y que no se puede expresar con palabras. A través de sus trabajos queremos demostrar cómo ven ellos el proceso de violencia, haciéndoles protagonistas de su propia historia, de la mejor forma en que nos lo pueden contar”, explica Susana Martínez, presidenta de la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres.
Las creadoras de este proyecto han desarrollado un manual en el que defienden los beneficios de la intervención profesional con menores víctimas de violencia de género. Explican que el trabajo no solo debe ser terapéutico, para paliar los efectos de esa violencia, sino también preventivo, para evitar que el modelo desigual de relaciones entre mujeres y hombres se reproduzca en el futuro.
En España, desde 2013 un total de 49 niñas y niños han sido asesinados y 383 han quedado huérfanas/os a causa de la violencia machista, según datos de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género. Muchos presentan baja autoestima, depresión, conductas agresivas, problemas de alimentación, e incluso consumo de estupefacientes.
“Todo lo que el menor hace tiene un sentido, tiene relación con algo que le ha ocurrido. Articulándolo, dando forma a sus actos y pensamientos de otra manera, podrá proyectarlo hacia un futuro, hacia un cambio propio, recorriendo y atravesando su singularidad”, apuntan.
El Espacio de Igualdad María de Maeztu (Madrid) acoge la exposición en el marco del Proyecto Transversal Madrid Violencia 0.
Puedes visitarla en horario de apertura del centro.Comparte tus comentarios sobre la exposición con el hashtag #StopViolenciaMenores.
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