"Vivencias, actitudes y percepciones sobre la violencia de género en adolescentes de la Comunidad de Madrid"

El 69% de adolescentes de la Comunidad de Madrid cree que la violencia de género la sufren mujeres y hombres indistintamente

  • Un 33% de chicas y un 37% de chicos consideran que no es violencia de género apoderarse de la contraseña de las redes sociales de tu pareja.
  • Las adolescentes perciben la calle como un entorno de riesgo, por las constantes apelaciones y el acoso que reciben.
  • Un 48% de chicas y chicos no consideran la prostitución como una forma de violencia de género.

"Vivencias, actitudes y percepciones sobre la violencia de género en adolescentes de la Comunidad de Madrid"

La Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres, en colaboración con Albelia Consultora, ha publicado el informe “Vivencias, actitudes y percepciones sobre la violencia de género en adolescentes de la Comunidad de Madrid”.

El estudio analiza las respuestas de 1.578 alumnas y alumnos, pertenecientes a 18 institutos de secundaria de la Comunidad de Madrid. Todos, estudiantes de 3º y 4º de ESO, entre 14 y 17 años de edad.

Los datos extraídos reflejan que las generaciones más jóvenes tienen problemas para identificar qué es la violencia de género y cuáles son sus manifestaciones. 5 de cada 7 adolescentes (el 69%) define la violencia de género como “una violencia que se da de un género a otro”, sufriéndola indistintamente mujeres y hombres.

Solo el 26% de jóvenes identifica esta problemática como una violencia que sufren las mujeres “por el hecho de ser mujeres”.

El análisis determina que los y las adolescentes interiorizan estereotipos de género y mitos sobre las relaciones de pareja que pueden contribuir a la normalización de relaciones basadas en el control, el chantaje y los comportamientos violentos.

El 33% de las chicas y el 37% de los chicos consideran que no es violencia de género “apoderarse de la contraseña de las redes sociales de tu pareja para ver con quién habla”. Asimismo, un 23% de varones (frente a un 11% de mujeres) señalaron que no consideran violencia de género pedirle a su pareja que no se vista de determinada manera.

La prostitución no es una forma de violencia de género para el 48% de los adolescentes, tanto mujeres como hombres. Nuestra entidad, de larga trayectoria en la lucha por la abolición de la prostitución, considera este dato alarmante, ya que normaliza la explotación sexual de las mujeres como una forma de ocio.

 

Vivencias de la violencia de género en jóvenes

Se planteó a los adolescentes diferentes situaciones de acoso callejero y en espacios de ocio para medir con qué frecuencia las han vivido o presenciado. Los resultados mostraron una clara diferencia por sexo en sus respuestas.

Un 70% de mujeres (frente a un 38% de hombres) dice que “siempre” o “bastantes veces” sus amigas prefieren volver acompañadas a casa. Un 29% de chicas (frente a un 19% de chicos) consideran habitual que “cuando alguna amiga está bebida, intenten besarla o hacer algo con ella”.

Las mujeres jóvenes describen la calle como un entorno hostil, de riesgo. Sienten inseguridad por las continuas situaciones de acoso o interpelaciones de hombres y normalizan, ya desde la adolescencia, un importante porcentaje de violencia.

Sin embargo, los hombres jóvenes no reconocen que esa violencia sea tan frecuente para sus amigas y compañeras.

Actitudes y percepciones sobre la violencia de género

1 de cada 9 adolescentes consideran que el “comportamiento o personalidad de la víctima” es la causa de la violencia de género, revictimizando a las mujeres.

Las chicas apuntan más claramente a factores sociales como determinantes de la violencia de género (como el machismo o los estereotipos). Sin embargo, hay más chicos que piensan que las causas son de corte personal (psicológicos o de relaciones de pareja disfuncionales).

Los hombres son los que más interiorizados tienen los mitos del amor romántico. Hasta un 23% cree que es “inevitable sufrir por amor”, un 22% considera que es posible “cambiar el comportamiento de alguien del que se está enamorado/a” y un 11% de los varones ven normal “alejarse de amistades cuando se comienza una relación”.

Demandamos formación y prevención

La falta de sensibilización y de formación afectivo-sexual lleva a los adolescentes a educarse con materiales sexistas y violentos, que perpetúan la cultura de la violación, como la pornografía.

El estudio que presentamos apunta a que, a mayor comprensión de la complejidad social del fenómeno de la violencia de género, se muestra una menor tolerancia a las relaciones de pareja tóxicas.

Por este motivo, desde la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres defendemos la necesidad de reforzar políticas de formación en prevención de la violencia de género en las aulas.

Los propios alumnos y alumnas son quienes las reclaman, un 54% de participantes en el estudio solicitaron más formación en violencia de género después de recibir nuestra acción formativa.

La perspectiva de género, la educación en igualdad y la afectivo-sexual son formación básica para que los chicos y chicas puedan entenderse a sí mismos y a los demás y mantener relaciones empáticas basadas en el respeto mutuo.

Por ello, consideramos que la sensibilización es la herramienta principal para impedir que la violencia machista se perpetúe de generación en generación.

¿Quiénes somos?

La Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres es una ONG que lleva más de 40 años trabajando por la erradicación de todas las formas de violencia contra las mujeres.

Para conseguir este objetivo, en nuestro Programa Fortaleza atendemos a mujeres víctimas de esta violencia y a sus hijos y sus hijas menores, ofreciendo atención social, psicológica y jurídica.

También desarrollamos talleres de coeducación y prevención de la violencia machista en los institutos de secundaria.

Para leer un resumen del informe, haz click aquí.

Participamos en el webinar ‘El Sexismo en la Justicia’

El Lobby Europeo de Mujeres en España en colaboración con la Asociación Alternativas organizó un segundo webinar el pasado 5 de octubre en relación con la discriminación sufrida por las mujeres en el ámbito de la justicia. Como el anterior, relacionado con los medios de comunicación, este evento se llevó a cabo en el contexto de la Campaña del Consejo de Europa »Movilízate contra el Sexismo».

Tras una didáctica exposición de Teresa Freixes, Presidenta de la organización Citizens pro Europe, acerca del principio de la igualdad como Valor y Derecho Fundamental en el contexto legislativo europeo, asistimos a una serie de intervenciones que desgranaron, ya a nivel nacional, el acceso de las mujeres a la justicia, tanto desde la perspectiva de profesionales como de usuarias.

Mª Ángeles Carmona, Presidenta del Observatorio del CGPJ contra la Violencia de Género y vocal del Consejo General del Poder Judicial, hizo referencia al trabajo del observatorio, a las líneas jurisprudenciales más recientes en materia de Violencia de Género y en otro orden de cosas a las dificultades de ascenso de las mujeres en la carrera judicial así como de acceso de cargos de libre designación.

¿Los motivos? Múltiples y complejos. Desde el menor número de candidaturas de mujeres, en parte por una cuestión de conciliación, hasta el lastre de un pasado cercano en el que el acceso de las mujeres a la carrera judicial estaba simplemente prohibido.

En cuanto al trabajo del CGPJ, Mª Ángeles habló de algo a lo que el Pacto de Estado ya otorga especial relevancia: la formación por parte de los profesionales en material de igualdad. Se está avanzando, reconocía sin embargo, recordando que todos los jueces tienen que pasar por un curso de perspectiva de género y que además, recientemente, se cuenta con una especialidad propia en materia de violencia contra la mujer.

La importancia de estas cuestiones queda más que patente si tenemos en cuenta que el poder judicial, a través de las sentencias, está obligado por la Constitución a aplicar el principio de igualdad y a combatir los prejuicios de género. Las opiniones, ideas preconcebidas y estereotipos no tienen cabida.

En cuanto a los casos de violencia machista, Mª Ángeles hizo referencia a la importancia de dar credibilidad a las mujeres. Exigir a la víctima que recuerde detalles exactos, que denuncie en el momento en que los hechos ocurren o no tener en cuenta las dificultades de expresión por miedo al agresor, a las represalias del entorno, o incluso a perder a sus hijos, demuestra la carencia de perspectiva de género por parte del juez o jueza que debe ser atajada si queremos sentencias justas.

Sobre esta cuestión, la necesidad de igualdad real y efectiva en cada sentencia, hablaba Mª Pilar Martín, Fiscal de Sala Delegada de la Violencia contra la Mujer.

La perspectiva de género así como la empatía y humanidad, son imprescindibles en todos los casos. Cuando se toma declaración, por ejemplo, sin este enfoque podemos avocar a la mujer al sufrimiento que produce la doble victimización.

Insistía Mª Pilar en la cuestión de la formación, recordando con pesar que aún a día de hoy, es fácil encontrar fiscales recién aterrizados en la profesión, hablando de la importancia de las denuncias falsas en casos de violencia de género. »Los opositores a la carrera de fiscal son solo un reflejo de lo que hay en la sociedad», apuntaba.

Susana Martínez, Presidenta de la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres y abogada en ejercicio, ofreció el punto de vista de quien ha estado al lado de muchas mujeres en el duro proceso de la salida de la violencia, desde que se pide ayuda por primera vez hasta que se denuncia y obtiene una sentencia.

Comenzaba en una nota positiva recordando que España es referente en cuanto a la legislación en materia de igualdad. Sin embargo, señalaba, »hay una brecha constatable entre lo que dice la ley y la aplicación de la misma». El sexismo sigue patente en la aplicación de la ley. La violencia de género cotidiana, los insultos, las humillaciones, aún son minimizadas en los procedimientos judiciales.

Los estereotipos sexistas se materializan cuando se da por hecho que el titular de hecho de la administración de los bienes familiares sigue siendo el hombre, cuando se dictan regímenes de visita sin tener en cuenta que »un maltratador no puede ser buen padre».

No solo para hacer frente a los estereotipos que empañan a menudo los procedimientos judiciales, si no para estar correctamente preparados para las nuevas manifestaciones de la violencia de género, derivadas de las nuevas tecnologías, Susana vuelve de nuevo a la importancia de la formación. »La administración de justicia es el último recurso, la solución para que se sienten las bases de una justicia igualitaria es trabajar en ello en todas las fases educativas», destacaba.

Manuela Carmena, abogada, ex-jueza y ex-alcaldesa de Madrid, ponía el foco en el análisis de la justicia española en su conjunto. »Está muy burocratizada, es rígida, no tiene nada que ver con una sociedad democrática», apuntaba, recordando que el sistema español es caduco en el contexto europeo.

Hacía un llamamiento a la humanización de la carrera judicial haciendo hincapié en el carácter eminentemente memorístico de las oposiciones a juez, así como en la ritualización de los juicios, alejados de un verdadero diálogo.

Respecto a la lucha contra el sexismo en este ámbito, hacía referencia a la necesidad de conocimiento de la singularidad de las mujeres, de »iluminar lo que está oscuro».

El desconocimiento de la sexualidad de las mujeres es la causa, al menos en parte, de ciertas actuaciones en el ámbito de la justicia respecto a los delitos sexuales. Hacía referencia Manuela al voto particular en el caso de la manda en el que el magistrado entendía que la víctima había obtenido placer sexual durante la agresión.

Lara Ferguson, Vocal Asesora de la Dirección del Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades, como experta parte del Comité de Redacción de la Recomendación para prevenir y combatir el sexismo durante 2017 y 2018, fue la encargada de clausurar el evento haciendo hincapié en la campaña en la que el mismo se engloba: »Es importante nombrar y dimensionar el sexismo. Es un continuo que tiene consecuencias económicas, psicológicas, sexuales…».

Este proyecto del Consejo de Europa también busca la dimensión práctica, el desarrollo de herramientas aplicables, en este caso, en el ámbito de la justicia. Con este fin se han desarrollado una serie de recomendaciones a las que ya se puede acceder desde la web creada con tal fin.